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A pesar de las intensas presiones políticas que buscan beneficiar al diputado abdista Ulises Quintana, quien lleva 44 días preso en Viñas Cué, para lo cual la cámara le dio permiso, la Fiscalía continúa haciendo su trabajo. Ahora se aguarda que el juez Rubén Ayala Brun responda a la solicitud del fiscal Isaac Ferreira, quien pidió se realice la desgravación de las conversaciones que comprometen al añetete en los negocios del presunto narco Reinaldo Cabañas, alias “Cucho”.
ASUNCIÓN.- Algunos medios dicen que todo lo que se está haciendo en el caso que investiga a Quintana como cómplice en tráfico de drogas y enriquecimiento ilícito está preparado para beneficiarlo y conseguir el cambio de carátula de su expediente, con el objetivo de que salga de la cárcel y consiga medidas alternativas.
Desde que saltó el escándalo de la operación Berilo, cuando fue detenido Cabaña y saltaron audios y pruebas que comprometían seriamente al legislador del movimiento Colorado Añetete, ADN denunció que desde el oficialismo colorado se estaba presionando de manera intensa a la Fiscalía para beneficiarlo. Sin embargo, tanto Lorena Ledesma –confirmada por la Corte hace pocos días- como Ferreira han resistido hasta ahora esas presiones, con el absoluto apoyo de la fiscala general, Sandra Quiñónez, y no hay ninguna señal que lleve a pensar que eso pudiera cambiar en algún momento.
Es cierto que el juez que lleva el caso, Ayala Brun, fue suspendido por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, y como hasta ahora la Corte no confirmó la sanción, hay gente que piensa que es por buscar la forma de beneficiar al abdista, ya que el magistrado podría llegar a mostrarse complaciente con tal de que su castigo no sea efectivo.
Sin embargo, la decisión del fiscal Ferreira, de urgir al juez para que se realice la postergada desgravación de los audios que demostrarían la complicidad del diputado parece una muestra de que el Ministerio Público sigue con la misma actitud de hacer una investigación seria y ahora depende de la decisión del juez Ayala Brun para que se confirmen o desaparezcan las sospechas que hay hacia él.
Hay 6 audios que comprometerían a Quintana en los negocios de Cucho, entre ellos, una conversación en la que el legislador abdista presiona a la Policía para que libere un vehículo con 190 mil dólares, propiedad del presunto narco. Uno de los delitos por los que está imputado es, precisamente, tráfico de influencias por este hecho.
SIN RUBOR EN EL ROSTRO
Desde que se sospechó que el diputado Ulises Quintana tenía vínculos con el narcotráfico, el apoyo de los principales dirigentes de Colorado Añetete fue a cara descubierta. El mismo vicepresidente de la República lo defendió y sigue defendiéndole, al igual que dirigentes abdistas del Alto Paraná.
No nos queda claro si el motivo por el cual no se ruborizan es por una cuestión de lealtad a los suyos o porque hay rumores de que el supuesto narco Cucho Cabañas no solamente aportó dinero a la campaña de Quintana sino también a la de todo el movimiento en las internas coloradas.
La presión a la Fiscalía para que saque del expediente la causa de enriquecimiento ilícito, a fin de que el legislador “con permiso” pueda salir de prisión y ser beneficiado con medidas alternativas, es abierta y desembozada. Sea cual fuere el motivo de tanto apoyo moral y efectivo al colega, lo que queda claro es que hay una abierta contradicción entre el discurso permanente del presidente Mario Abdo Benítez, por su supuesta lucha contra la delincuencia y la corrupción, caiga quien caiga, y lo que hacen sus colaboradores más cercanos.
Aunque el jefe de Estado no dio ningún apoyo público a Quintana, tampoco manifestó algún tipo de molestia por lo que hace su primer anillo. Es algo así como que el que calla, otorga.
