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La reelección vía enmienda ni es inconstitucional ni es excluyente, sino todo lo contrario. En cuanto a la legalidad de la figura, es fácil darse cuenta de que está dentro de los parámetros previstos en la Constitución, que prohíbe esta vía cuando se trate de cambiar el modo de elección, la duración de los mandatos o las atribuciones de los poderes del Estado.
De aprobarse el segundo mandato, se seguirá eligiendo al presidente de la República de la misma manera que ahora (voto directo), la duración del mandato seguirá siendo de 5 años, y nadie tocará una coma de las atribuciones que tiene el presidente. Por lo tanto, esta simple explicación basta para demostrar a las claras que la enmienda no es inconstitucional a la hora de analizar la reelección presidencial.
Esto significa que la reelección presidencial puede aprobarse por ambas vías, enmienda o reforma. En el primer caso, se tratará exclusivamente de este tema, y en el segundo, se hablará de modificar gran parte sino toda la Constitución.
Pero nada de esto es tan importante como la participación ciudadana. En la reforma, la ciudadanía tiene voto indirecto, ya que elige a los convencionales que serán los que redactarán y sancionarán la nueva Constitución, mientras ella permanece en graderías.
En el caso de la enmienda, y esto es fantástico, el voto de la ciudadanía es directo, a través del referéndum. Esto significa que no serán terceras personas las que decidirán lo que se incluya en la Constitución, sino la misma gente, los 4 millones de paraguayos que figuran inscriptos en el Registro Electoral, quienes decidirán si quieren o no que haya reelección presidencial.
Resulta demasiado evidente que el único argumento de fondo que tienen quienes han decidido arriesgar el proceso a fin de evitar que salga la enmienda es que quieren impedir a toda costa que Horacio Cartes pueda volver a postularse. Y con esto también demuestran su incoherencia. Si es tan mal presidente, si es un aprendiz de dictador, un tipo que utiliza el poder para enriquecerse (como si ya no fuera rico) y a su entorno, entonces cuál es el problema de que vuelva a postularse, si con ese currículum, obviamente cualquiera de ellos le ganará.
Pero no. Ellos no quieren que Cartes pueda volver a postularse a la Presidencia, porque saben muy bien que volverá a ganar porque una amplia mayoría ciudadana desea que tenga un segundo mandato. Es esa amplia mayoría ciudadana que dirá sí en el referéndum, aprobando la inclusión de la reelección en la Constitución Nacional. Esa amplia mayoría a la que disidentes, opositores y periodistas pretenden bloquear la posibilidad de elegir lo que quiere, y aquello en lo que confía.
En realidad, todas sus acusaciones son fuegos artificiales. Ellos son los que están poniendo en riesgo el proceso, pretendiendo movilizar a la gente para impedir que el Congreso apruebe la enmienda y rogando la intromisión de la Iglesia, esa a la que siempre tanto se cuestionó por meterse en política.
Todo el año se habló de reelección, fue el tema político por excelencia. Pero recién ahora estos personajes reaccionan porque es ahora cuando se siente que el deseo de tantos puede volverse realidad. Y no quieren permitirlo porque para ellos son más importantes sus intereses que los de la gente. Como siempre.