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ASUNCIÓN.- Uno de los aspectos más inseguros que tiene el presidente de la República es su vicepresidente, según el doctor en Ciencias Políticas Marcello Lachi, quien aseguró que Hugo Velázquez no se va a jugar por Mario Abdo Benítez, porque es algo así como lo que fue Federico Franco con Fernando Lugo. Añadió que en 20 años que está en el país, esta crisis colorada es la más fuerte que ha visto.
Según Lacchi, los problemas de institucionalidad del Paraguay requieren soluciones estructurales, y no se solucionan sacando a unos, como Óscar González Daher o Jorge Oviedo Matto, porque los que les suceden son iguales. Aseguró también que el expresidente Horacio Cartes no tiene ninguna intención de retirarse de la política y que el enfrentamiento entre él y Abdo Benítez es el más duro que vio en 20 años.
“Cartes quiere seguir dominando; Marito quiere imponer su presencia y necesita someter a Cartes. Y Cartes no quiere ser sometido. La cuestión era previsible, que el enfrentamiento se diera; lo que no era previsible son los muchos muertos que están dejando por la calle. Está González Daher, Oviedo Matto, Miguel Cuevas, los Zacarías Irún, y el amigo narco de Marito; se están matando entre sí. Hay que ver hasta dónde van a ir. Es muy violento el enfrentamiento entre los dos. Yo en 20 años no vi un enfrentamiento así”, expresó.
El tema que no se ve una voluntad de acordar, sino de matar políticamente al otro, aseguró Lachi, quien agregó que “yo no estoy seguro de que Marito pueda completar el período; lo dije hace 6 meses y ahora menos estoy seguro”.
“Porque no es imposible pensar en un juicio político, sobre todo considerando al vicepresidente que tiene. Hay que estar atento a lo que va a ocurrir. Es un vicepresidente como Franco con Lugo. No es que se va a sacrificar por el presidente, ni se va a jugar por él. Un mes antes de ser candidato estaba en Honor Colorado. La posibilidad de un juicio político no es imposible; no es cercano todavía en este momento, pero en 2 o 3 años, quien sabe”, afirmó.
Insistió con que el problema de la institucionalidad no se soluciona echando a unos cuantos corruptos. “Les podes echar uno por uno y otros los sustituirán, porque el sistema permite que solo estos entren. Preocuparse de uno, cuando siempre habrá otro, es un problema secundario. El sistema es tan débil, su base democrática, que es fácil echar a un González Daher. Es gente que ha llegado a través del clientelismo y no tiene pueblo. Y caen y los que vendrán serán iguales”, concluyó.
