TEL AVIV.- La persona que venda su imagen a un stock de fotografías debe estar preparada para cualquier uso que se le dé en medios o en publicidad, incluso aunque este sea desfavorable. Esto es lo que se podría concluir de la historia de Yair Kivaiko, quien se quedó helado cuando encontró un “selfi” con su imagen como portada de un artículo sobre zoofilia.
El año pasado, este israelí de 36 años vendió la foto a un stock de imágenes por 50 dólares para ganar un poco de dinero extra. Cuál fue su asombro al encontrar la imagen, en la que aparece jugando con el perro de sus padres, ilustrando una publicación que hablaba de un tema tan delicado como el de las relaciones sexuales con animales.
“Me sentí mortificado cuando la vi en un artículo sobre bestialismo”, confesó el hombre a medios británicos, que revela que le costó bastante explicar a sus amigos y familiares lo que había pasado.
Sin embargo, Kivaiko asegura que no se arrepiente de haber vendido la foto, a pesar de que puedan producirse cuestionables asociaciones como esta.