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Vendepatrias eran los de antes

Ayer, en horas de la tarde, el presidente de la República promulgó las notas reversales sobre Yacyretá y, como era de esperar, las versiones digitales de los medios de prensa hostiles al gobierno estallaron al unísono: “Se consumó la entrega de la soberanía nacional”, “Cartes no escucha la voz del pueblo, ni de los pastores de la Iglesia”, fueron el tenor de los muchos disparates que se dijeron al respecto. La verdad es que el país logrará, una vez que Argentina corrobore los acuerdos, lo que no había logrado en los últimos 30 años, mal que les pese.

Veamos de dónde veníamos. Yacyretá, endeudada hasta el pescuezo por más de 19.000 millones de dólares, no era una empresa viable. Las obras se hallaban inconclusas y nada indicaba que fueran a completarse en el corto plazo, lo que implicaba una menor capacidad de generar energía.  Y la dirección ejecutiva de la binacional estaba a cargo exclusivamente de la Argentina, que hacía y deshacía a su antojo, por mencionar las cuestiones de mayor relevancia.

De cara a estos hechos, los puntos acordados entre Cartes y su par argentino, Mauricio Macri, abren un panorama radicalmente distinto. La deuda de la entidad se reduce en un 80%, de 19.000 millones de dólares a 4.000, en cifras redondas, que serán pagados por la empresa, no por el Paraguay, en un plazo de 30 años, con los 10 primeros de gracia y sin intereses. Se pondrá en vigencia la cogestión administrativa de  binacional, correspondiendo la dirección ejecutiva a ambos países, en forma alterna. Y como consecuencia de las notas suscritas, se ejecutarán las obras que restaban, aumentando así la producción energética, sin olvidar que también se abren las puertas a otros posibles emprendimientos bilaterales, como Corpus, que de otra forma ni se plantearían en la agenda.

Puestas las cosas de esta manera, resulta claro que se trata de un logro fenomenal. Se rescató prácticamente del pozo a una empresa de enorme envergadura y de importancia estratégica, nuestro país obtendrá mayor energía, así como dinero, y al tesoro paraguayo esto no le costará un centavo. ¿Dónde está el supuesto “entreguismo” del que tanto cacarean?

Los obispos de la CEP pretendían que HC no promulgara las notas reversales aprobadas por el Congreso, haciendo incluso que se pronuncien en ese sentido chicos de secundaria de colegios católicos. No aportaron un solo elemento racional que avale sus cuestionamientos, ni se tomaron el trabajo de recurrir al dictamen de algún experto, pero dejaron al descubierto, eso sí, mucha ignorancia en la materia, así como una elevada dosis de cinismo.

Esto último viene al caso porque si bien ahora disparan contra el acuerdo, basados únicamente en publicaciones periodísticas de ABC, tan irresponsables como sus comunicados de prensa, antes no dijeron una sola palabra cuando “el hermano Lugo”, en el 2011,  estuvo a punto de “rifar” Yacyretá a favor de la banca privada. A ésta, cuya voracidad, es conocida, pretendía traspasar la deuda que la hidroeléctrica tiene con el tesoro argentino, la cual rondaba entonces por los US$ 15.000 millones, a cambio, claro está, de una “coima” de 50 millones de dólares. El hecho fue tan escandaloso que ni los directivos argentinos de la represa, muy cuestionados por sus presuntos vínculos con la corrupción, se atrevieron a llevar a cabo semejante “reingeniería financiera”, como le llamaban sofisticadamente al grosero entreguismo.

Entonces, hablemos claro. Con estos acuerdos, Paraguay sale ganando en todos los planos y nadie pudo demostrar lo contrario, ni la CEP, ni ABC y mucho menos el “luguismo”, a los que sin embargo debemos darle el mérito de recordarnos algo muy importante: Vendepatrias, no son los que firmaron de puño y letra las notas reversales. Vendepatrias, eran los de antes.

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