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ASUNCIÓN.- El comunicado del Frente Guasu a favor del gobierno venezolano de Nicolás Maduro y el asalto a un camión de la Secretaría de Emergencia Nacional lleno de víveres, ocurrido en Canindeyú, se convirtieron en tabú para los dirigentes liberales que temen que ambas cuestiones pudieran perjudicar su imagen en plena etapa electoral. Prefieren esconder la basura debajo de la alfombra.
La primera señal de alerta para el PLRA debió haber sido el comunicado de Fernando Lugo a favor de Maduro. Resulta inexplicable que un partido liberal, tradicionalmente defensor de la democracia y las libertades individuales pudiera estar aliado a otro que mantiene una postura diametralmente opuesta y que, contra todas las evidencias, pinta al gobierno venezolano como demócrata y no como una dictadura, que es como lo ve el resto del mundo, incluidos los liberales paraguayos.
Ante una situación tan especial, uno se pregunta cuál será la política exterior en el gobierno en el caso de que la alianza Ganar llegue a quedarse con la Presidencia de la República, puesto que el presidente (liberal) y el vicepresidente (luguista) tendrían posturas contrarias sobre un mismo hecho.
Esa fue la pregunta que quisimos hacer al oficialismo liberal, puesto que fue este sector, el de Efraín Alegre, el que conversó y acordó la alianza con el Frente Guasu, la que tendrán que aceptar todos los otros movimientos del partido, sin haber intervenido en el proceso. De hecho, varios dirigentes de otros sectores siguen teniendo muy duros cuestionamientos al Frente Guasu, al que no consideran el mejor aliado del PLRA, pero es lo que hay.
Pero no hubo caso. Con el argumento de que el tema tendrá que ser definido en el directorio (mayoritariamente efrainista), los oficialistas minimizaron la cuestión y aseguraron que ya habrá tiempo para definir estrategias comunes sobre política exterior más adelante. Lo cierto es que prefirieron llamarse a silencio, con lo cual decidieron tácitamente aceptar la postura luguista de que, en realidad, el gobierno de Maduro es democrático.
El otro tema tabú para el directorio azul es el vandalismo provocado por la esposa de un concejal municipal liberal de Maracaná, Canindeyú, que encabezó el asalto a un camión de la SEN que llevaba víveres a pequeños productores afectados por las heladas. Nadie quiso hablar de Catalino Acosta, a quien dijeron no conocer a pesar de ser correligionario suyo y estar en un cargo electivo conseguido a través del partido. En lugar de deslindar responsabilidades, lo que hicieron fue tapar la basura bajo la alfombra, por lo menos hasta que terminen las internas.
