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Venezuela no puede seguir entorpeciendo al Mercosur

El gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido en una piedra en el zapato del bloque regional. Todas las negociaciones están paralizadas; ha pasado más de un mes sin que no se haga otra cosa que hablar de la Presidencia Pro Témpore y de la imposibilidad de que la asuma el país caribeño.

Paraguay ha asumido un protagonismo claro en este conflicto desde el momento en el que manifestó su oposición a que Venezuela pudiera acceder a la Presidencia, porque su gobierno no se rige por la cláusula democrática que es fundamental y básica en el Mercosur. Con el tiempo, asumieron la misma postura Brasil y Argentina, y los representantes diplomáticos de los 3 países miembros declararon que el gobierno de Maduro ni siquiera había completado los trámites para convertirse en socio pleno del bloque, por lo que muy mal podía pretender ostentar la Presidencia.

Así que no pudo asumir, y como Uruguay ya entregó la Presidencia, lo que se ve es que el bloque está acéfalo. Nadie lo preside, lo cual es absolutamente irregular. Esto es lo que nuestro país reclama ahora. No puede ser que la acefalía continúe por más tiempo. Es urgente que se defina la situación y se encuentre una salida legal y legítima a este conflicto que ha paralizado las negociaciones y los grupos de trabajo del mercado regional.

Maduro y su canciller Delcy Rodríguez han cometido, para colmo, un error político y diplomático que podría dejarles fuera del bloque. Si no se hubieran mostrado tan petulantes, exigiendo el traspaso de mando a sabiendas de que no habían cumplido ni siquiera con las condiciones mínimas para tener ese derecho, posiblemente lo que hubiera ocurrido es que la Presidencia pasara a Argentina, el siguiente país en orden alfabético.

Pero tanta soberbia y prepotencia ha hecho que no solo Paraguay sino también los dos grandes vecinos, pararan la oreja y analizaran la situación, llegando a la conclusión de que no solamente se respetan los derechos humanos de los habitantes de Venezuela, sino que el país ni siquiera ha cumplido con los mínimos requisitos para ser miembro pleno.

Así que el problema a resolver en este momento es mucho más amplio que el traspaso. Ahora los países miembros deben asumir que Venezuela no puede seguir figurando como integrante del bloque, porque no lo es. O sea que el gobierno de Maduro no solamente ha perdido la posibilidad de presidir el Mercosur, sino que está a un paso de ver cancelada su irregular e ilegal membresía. Deberá enfrentar el exilio de un mercado regional al que nunca tuvo que haber pertenecido.

Luego de mucho e inexplicable silencio, el Parlamento del Mercosur (Parlasur) ha decidido dejar de hacerse el desentendido y tomar cartas en el asunto. Aunque lo que resuelva no tiene carácter vinculante, resultará interesante saber cuál será la postura de sus miembros y cuál es la recomendación que hagan llegar a los gobiernos para destrabar el conflicto.

Es de esperar que los parlasurianos paraguayos tengan clara la postura de nuestro país y la defiendan en el legislativo regional. La solución, a la vista de la situación, pareciera ser bien clara. Venezuela no puede seguir entorpeciendo el trabajo de tantos años. Debe salir del Mercosur por razones bien sencillas: no tiene un gobierno democrático y no ha cumplido con los requisitos exigidos a los demás miembros, por lo que no puede ser tratado en igualdad de condiciones con los socios plenos.

Y esto hay que hacerlo cuanto antes. No se puede seguir perdiendo un tiempo precioso para los objetivos comunes de los países de esta región.

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