ADN Digital
La intención de algunos legisladores de impulsar nuevamente el proyecto que modifica el Código Electoral y establece el uso de las urnas elecciones tanto en internas como en elecciones municipales y generales es un buen auspicio de que Paraguay está en condiciones de dar un gran salto hacia los últimos avances en materia electoral.
El sistema no es desconocido pues ya fue utilizado en elecciones anteriores, aunque no de manera global ni en todo el país, sino en algunos lugares determinados. Y se renunció a su uso, no por no haber dado resultados satisfactorios sino porque la misma oposición que ahora lo exige fue la que pidió su suspensión, por no tener suficiente confianza en la Justicia Electoral.
El hecho de que ahora estén reclamando el uso de las urnas electrónicas suponemos que se debe a que, luego de más de 20 años de organizar y manejar las elecciones del país, la Justicia Electoral ha logrado ganar la confianza también de estos sectores que convirtieron en costumbre hacer denuncias de fraude, sin pruebas ni sustentos.
En realidad, las urnas electrónicas implicarán un gran avance en cuanto a transparencia cada vez mayor, y todo lo que lleve a ese objetivo será bien visto siempre por la ciudadanía, que apuesta a que su voto sea respetado y los resultados de los comicios reflejen lo que se depositó en las urnas.
Las veces que se usó el sistema en elecciones anteriores se hizo de un modo parcial, no en todas las localidades del país y no para todos los electores, ni siquiera en las que fue habilitado. Esta vez las cosas tienen que hacerse bien y establecer los mecanismos que permitan su viabilidad, no solo en Asunción, Central y ciudades cabeceras, sino en todo el país, y para todos los electores.
Este es un excelente momento para que se sancione en las cámaras del Congreso el uso del voto electrónico porque no tenemos a la vista ninguna elección cercana. La primera contienda electoral que habrá será a mediados del año que viene para la elección del nuevo presidente de la Junta de Gobierno de la ANR, en donde ya debería aplicarse el sistema, con total efectividad, puesto que habrá tiempo para la capacitación tanto de las autoridades electorales y partidarias, como de quienes ocupan las mesas de votaciones.
Lo que planteamos es que el debate sea más serio y se deje en claro que la decisión de utilizar urnas electrónicas no significa que se duda del sistema actual de papeletas, sino que este modo de votar está prácticamente obsoleto teniendo en cuenta la cantidad de países que ya recurren a este nuevo sistema, porque es efectivo, rápido y transparente.
Si en todos los países en donde se aplica el voto electrónico, el sistema funciona, es impensable que aquí no pueda ser igual. Lo que hay que hacer es trabajar de manera seria, buscando a los expertos en su aplicación, para que ayuden a la capacitación de los electores. La cuestión es hacer operativo el sistema y así podremos dar un paso fundamental hacia la modernidad en materia electoral, lo que se sumaría a la trayectoria limpia que tiene la Justicia Electoral paraguaya, que, incluso, es referencia obligada en otros lugares.