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Un triunfo inobjetable, una superioridad manifiesta, y dos goles en el primer tiempo sirvieron para que Libertad diera su vigésima vuelta olímpica, en su propia cancha de Tuyucuá. Jesús Medina a los 3 minutos y Santiago Salcedo a los 36 de penal, en el primer tiempo, sellaron el partido y descolgaron la nueva estrella para la bandera liberteña. Un campeonato que se justificó a lo largo del año y se concretó en la festiva tarde sabatina de San Juan.
ASUNCIÓN.- No hubo tiempo para la emoción ni para el suspenso. La tremenda contundencia de Libertad, destapada en los cinco últimos encuentros, desató el nudo de la incertidumbre y se dio la lógica. El mejor equipo del campeonato no iba a dejar pasar esta oportunidad de oro de ganar su vigésimo campeonato y dar la vuelta en su propia huerta. Allí donde la dieron otros grandes, que fueron campeones con la histórica casaca albinegra.
En una arremetida sensacional, no dejó dudas sobre su potencialidad y la confirmó en este encuentro decisivo, en el que medio país estaba pendiente de su derrota, especulando con que fuera campeón el otro involucrado, o se diera la casi imposible oportunidad de discutir el título en una finalísima. No. Nada de eso sucedió, aunque en la otra cancha, en la medida que anotaban los gumarelos, lo hacían también los aborígenes.
Ya a los 3 minutos de haber comenzado el partido, ese muy bien llamado “demonio”, Antonio Bareiro, dejó en camino a sus rivales por la derecha y cruzó la pelota a la otra punta donde apareció el chico de los 5 millones de euros, Jesús Medina, para rubricar con un gran gol la primera jugada peligrosa del partido. Uno a cero que fue como un bálsamo tranquilizador para un equipo liberteño que no tuvo ni siquiera tiempo para ponerse nervioso.
¡Había que ver la cara de júbilo de Fernando Jubero! Pero enseguida se recompuso, mandó a la cancha al “Pollo” Recalde, no fuera cosa que el diablo metiera la cola, y echara por tierra la alegría de la ventaja conseguida. Y como parecía que San Juan se había aliado con Libertad, tras el primer sí (el gol) le dio el segundo cuando Oscar Velázquez derriba a Román y Ulises Méreles pita penal que convierte Salcedo.
Pero antes le mostró la segunda amarilla y después la roja al infractor de la pena máxima para dejar literalmente sentenciado el partido. Con un equipo sin fisuras en defensa, con un medio campo tremendo, con Bareiro, Aquino, Cardozo Lucena y Medina que ganaba todas, y adelante, entre Recalde y Salcedo se las ingeniaban para poner en zozobra permanente al Pablo Gavilán, el buen arquero de Independiente.
Al regreso del descanso, Chito Ayala pretendió calafatear a las fisuras del barco que se hundía. Ya se habían ido Torales y Tom Ortiz en el primer tiempo y el comenzar el segundo sacó también a Brahian Ayala, para intentar algo más… pero estaban entre 10 y el rival completo y persistente. De poco sirvieron los convocados, Reinaldo Benítez, Federico Ortiz y Javier Martínez ante un rival superior.
El segundo tiempo sirvió para ratificar que el que mandaba en la huerta era el hortelano, y que la cosecha de un nuevo título estaba virtualmente concretada. Independiente no inquietaba a “Pipi” Muñoz, el único de los liberteños que completaba los 22 encuentros del torneo. El más campeón de todos, porque además, mantuvo su valla invicta en los 7 últimos encuentros, y solo permitió 14 goles.
Pero el torneo que se acababa sirvió también para ratificar la exuberante aparición de Alan Benítez, para confirmar que hoy por hoy, Antonio Bareiro es el volante ofensivo más peligroso del futbol paraguayo y que Jesús Medina es la gran figura emergente en este fútbol tan pródigo en figuras jóvenes, en estos tiempos.
Patito Aquino festejaba el vigésimo título de libertad, de los cuales tuvo participación en 12, completando 19 de su cosecha persona, ya que los 7 anteriores los conquistó con Cerro porteño. Y a su lado un inmenso Ángel Cardozo Lucena, un volante de esos que hace rato no se ve. Este dicho entonces que si Libertad fue campeón, lo fue con entera justicia, aunque la tabla de posiciones diga lo contrario.
Ya quedaba solo minutos para continuar los festejos que ya empezaron a los 3 del primer tiempo. Y como para que se le allanara totalmente el camino al campeón, Andrés Duarte golpea a Jesús Medina y se va de la cancha con roja directa. Ya solo era cuestión de esperar el final. Manejó el partido a voluntad y hasta pudo haber ganado por una diferencia mayor. Pero el título ya estaba en el bolsillo.
Ahora solo quedaba festejar. Se fue Jesús Medina con una tremenda ovación. No era para menos. Inscribió su nombre en el libro de los goleadores de un campeonato. Y poco después dejaba la cancha Sergio “Patito” Aquino, despedido de pie, con gritos y con aplausos por una hinchada agradecida.
En las tribunas, la “ola” daba vueltas y vueltas a la cancha, el público gritaba “ole” en cada toque y después el grito se convirtió en un estentóreo “Dale campeón…” para dar la bienvenida al nuevo título. Y como decía hace más de 50 años, don Pedro García, “Libertad campeón… ¡Salud!
SÍNTESIS DE LA JORNADA
Estadio: Nicolás Leoz. Árbitro: Ulises Méreles. Goles: PT, 3’ Jesús Medina, 36’ Santiago salcedo de penal (L). ST: m. Amonestados: Oscar Velázquez, Mario Saldívar (I). Jorge Recalde (L). Expulsado: Oscar Velázquez
LIBERTAD: Rodrigo Muñoz; Alan Benítez, Luis Cardozo, Adalberto Román y Salustiano Candia; Antonio Bareiro, Sergio Aquino (Iván Ramírez), Ángel Cardozo Lucena y Jesús Medina (Danilo Santa Cruz); Jorge Sanguina (Jorge Recalde) y Santiago Salcedo. DT: Fernando Jubero.
INDEPENDIENTE: Pablo Gavilán; Mario Saldívar, Andrés Duarte, Oscar Velázquez y Eduardo Duarte; Richard Martínez, Aldo Vera, Edgar Ferreira y Ricardo Ortiz (Reinaldo Benítez); Hugo Torales (Federico Ortiz) y Brahian Ayala (Javier Martínez). DT: Celso Ayala.
