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Los sojeros experimentan una importante reducción de su producción en comparación a años recientes anteriores. Esta situación genera una reacción negativa en cadena, entre ellas la disminución de venta de maquinaria pesada para sus cultivos y menor inversión en infraestructura y menores ingresos al Estado. Calculan 40.000 viajes menos de fleteros, unas 1.300.000 toneladas menos de soja, al igual que menor venta de combustibles, menos recaudación en concepto de peaje, cerca de 300 millones de dólares. La deuda de los productores asciende a US$ 3.200 millones desde 2015. Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), estima: “Si llegamos a 9 millones de toneladas tenemos que estar contentos, muy por debajo de lo esperado y en comparación a los años anteriores”.
ASUNCIÓN.- La campaña sojera 2017-2018 pretendía superar 10 millones de toneladas, pero una serie de factores naturales, de precios y de condicionantes financieros, generará una sensible reducción, que serían unas 1.300.000 toneladas de soja por debajo de lo que estimaba el sector productivo. A su vez, esta cifra tendrá su consiguiente impacto en la macroeconomía.
“La estimación de nuestro sojero apunta a que la cosecha de este año llegará aproximadamente a las 9 millones de toneladas, muy por debajo de lo esperado en comparación a los años anteriores”, explicó Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
Esta situación calificada de “poco favorable con cifras poco alentadoras”, obligará a todos los gremios del sector a afinar el lápiz para realizar nuevos cálculos, “pero por sobre todo, a evaluar nuevas estrategias para reducir el impacto”, apuntó Cristaldo.
No arriesga resultados, pero no cree que supere10 millones de toneladas esperadas. “No vamos a superar esa barrera que sí logramos en años anteriores y si llegamos a 9 millones tenemos que estar contentos”, destacó.
Los números definitivos darán a conocer a fin de mes, lo que permitirá tener un panorama más claro.
Como buscando principales responsables de esta situación negativa, Cristaldo explicó que “durante el 2018 se presentaron dos problemas con incidencia directa en el desarrollo de la planta, sobretodo en el mes de octubre, mes extremadamente lluvioso con 20 días sin sol, mientras que en la época de mayor exigencia de agua, hubo déficit a causa de los aguaceros”.
CONSECUENCIAS
La primera que se presentará, según el dirigente de UGP, “los productores no podrán alcanzar el equilibrio suficiente como para cubrir sus costos operativos, y como consecuencia habrá dificultades para el cumplimiento de sus compromisos con entidades financieras”. En total, el sector sojero soporta una deuda financiera de US$ 3.200 millones desde 2015.
La cadena productiva sufrirá también los efectos y según los primeros cálculos, “se estima que habrá unos 40.000 viajes menos de fleteros, menor venta de combustibles, menos recaudación en concepto de peaje, cerca de 300 millones de dólares dejarán de entrar a la economía nacional”.
Se reducirá la venta de maquinaria pesada destinada a los campos de cultivo “y menor inversión en infraestructura, puesto a que los números no dejan resto a los productores para seguir invirtiendo”, apuntó Cristaldo.
La UGP emitió un pedido de reacción rápida de los organismos financieros del Estado, “y necesitaremos respuestas rápidas del Banco Central y del Ministerio de Hacienda, que imprima regulaciones adecuadas en caso que los productores se vean obligados a refinanciar sus deudas con el sistema financiero”, concluyó Cristaldo, presidente de la UGP.
