Nino Arrúa, el “10” quienes todos querían a su equipo. (Foto CCP).
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1974 – Entretelones de la contratación de Nino Arrúa al Zaragoza

En “El Periódico de Aragón” de Zaragoza (España), el periodista local, Luis Fundo, escribe una serie de artículos basados en la “Memoria de Avelino Chávez”, un “ojeador” del club Zaragoza. El colega le dedicó, en la edición del 31 de marzo último, un capítulo a la contratación de Saturnino Arrúa gestionada y concretada por Avelino Chávez. Aquí el texto.

ASUNCIÓN.- Nino Arrúa, cuestión de estado. Amenazas de muerte, guardaespaldas a cargo del dictador Alfredo Stroessner y un precontrato inesperado, un cúmulo de coyunturas a las que tuvo que hacer frente el secretario técnico para fichar al paraguayo.

Avelino Chávez estaba en su hotel. Todavía le duraba el cansancio. Había tenido que viajar de urgencia a la ciudad capitalina de Asunción por temas futbolísticos. La directiva zaragocista creía tener cerrado el fichaje de Arrúa, pero surgieron unas complicaciones que hacían peligrar una contratación con aire despampanante. «Teníamos que actuar. Me enteré de casualidad que el Atlético de Madrid había cerrado un pacto secreto con Nino mientras nosotros habíamos acordado con Cerro Porteño», explica.

El secretario técnico voló advertido de que podía tratarse de una operación cargada de problemas. Simples advertencias, pensaba. De pronto, sonó el teléfono de la habitación. Era la primera llamada.Con cierta suspicacia descolgó el teléfono. Se pronunció una voz adusta: «Si le llevas a Arrúa no saldrás vivo de Paraguay».

FRUSTRADA TRANSFERENCIA

«Nino era un ídolo. Decidió volver a Cerro Porteño después de sufrir una estafa cuando pensaba que iba a firmar por el Nancy francés. El fichaje no se dio por el contrato infrahumano que le ofrecieron y cuando regresó los aficionados organizaron una fiesta. Le querían con locura y sabían que su marcha dejaría un vacío insaciable», comenta el periodista e historiador paraguayo José María Troche.

La existencia del documento del futbolista con el Atlético, obligaba a convencer a Nino para firmarlo. En plena negociación Avelino técnico recibió otra llamada parecida a la primera, pero era una voz distinta. La preocupación por la situación era inevitable. Estos incidentes fueron puestos en conocimiento del yerno del dictador paraguayo Alfredo Stroessner, Humberto Domínguez Dibb, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol.

Le designó dos guardaespaldas para garantizar su seguridad. Mientras esto sucedía, la familia de Avelino de vacaciones en una playa recibió un ejemplar del periódico Zaragoza Deportiva, cuya portada alertaba del peligro que corría en Paraguay. Desde fuera existía cierto morbo por ver qué sucedía en esta historia tan atípica.

LAS PALABRAS MÁGICAS

Faltaba convencer a Nino. Avelino se fue al hotel de la selección. Se presentó impecable, con traje de Armani, su maletín de cuero donde guardaba los documentos, acompañado por los guardaespaldas. Su apariencia le permitió esquivar la seguridad y así estar cara a cara con el 10 de Paraguay. Quería que Nino rompiera con el Atlético de Madrid. Le explicó los términos del contrato y aventuró un comentario “El Atlético te quiere fichar para dejarte en el banquillo”.

Fueron las palabras mágicas. Nino respondió: “ni hablar. Si me voy a España es para ser titular”. Años después, el Atléticovolvió a insistir, pero de nuevo Nino se negó.

Asunción acababa de ser testigo de uno de los fichajes de mayor pedigrí en la historia del club zaragocista. Esta operación dejó una cordial relación entre la directiva del Real Zaragoza y varios miembros de la familia Stroessner. De hecho, el yerno del dictador viajó hasta la capital de Aragón para conocer la ciudad, visitar La Romareda y ver jugar a Nino Arrúa con la camiseta del león.

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