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El título corresponde a declaraciones vertidas a Radio Ñandutí por el hasta ahora director general brasilero de Itaipú, Jorge Samek. Más exacto imposible, sobre todos para describir a quienes “por ignorantes”, al decir del alto funcionario, sostienen que nuestro país no puso nada para la construcción de una de las mayores hidroeléctricas del mundo, entre los que destaca el nuevo jefe de Itamaratí, José Serra. “Ni Paraguay ni Brasil aportaron los fondos. Estos se obtuvieron de préstamos, que tampoco lo pagan los países sino la propia Binacional, con la energía que produce, la cual será cancelada en pocos años más (2023), y a partir de entonces ambos socios dispondrán de mucho dinero”, afirmó, despejando cualquier duda que pudiera sembrar algún ignorante, por más que se trate del canciller del país más importante de Sudamérica. De todas formas, los buitres están al acecho y prueba de ello es que el presidente interino, Michel Temer, ya tiene la mirada puesta sobre la represa, no solo para reemplazar a Samek, lo cual en última instancia es facultad suya, sino también para intentar establecer “nuevas reglas de juego”.
La entrevista lograda por Humberto Rubín no tuvo desperdicios. Arrancó con la pregunta de rigor, referida a la supuesta existencia de una “caja negra” en la Itaipú, de acuerdo a lo afirmado por exponentes del nuevo gobierno, que también anunciaron que próximamente se auditará la administración de la entidad, en el afán evidente de poner en el banquillo de los acusados a funcionarios petistas. La respuesta del director brasilero fue, además de inmediata, simpática.”Ndáipori caja negra”, agregando que las auditorías, tanto internas como externas, se practican regularmente.
La interrogante que surge de inmediato es qué fines persiguen en la Itaipú tanto Temer, como José Serra y el nuevo ministro de Minas y Energía, Fernando Coelho (filho). ¿Será que la ven como uno de los primeros botines de “guerra” a ser conquistados?. La pregunta no es ociosa. Temer y Coelho están siendo investigados en el megaescándalo de corrupción detectado en la petrolera estatal Petrobras, conocido como “Lava Jato”, mientras que Serra también es objeto de investigación debido a las serias irregularidades administrativas que se habrían producido durante su gestión como prefecto de Sao Paulo, en el periodo 2006/2010.
Nuestras autoridades deben estar más que atentas en cuanto a los cambios que pueden registrarse en las relaciones bilaterales y, en particular, a los que pretendiese introducir el gobierno brasilero en la hidroeléctrica. Si es posible, durmiendo con un solo ojo, atendiendo a que no está compuesto por “blancas palomitas” sino por sujetos de sumo cuidado, con frondosos antecedentes y hostiles a los intereses paraguayos.
Además de las negociaciones sobre los royalties, la tarifa de la energía, que son temas siempre presentes, debemos tener en cuenta que el 2023 está a la vuelta de la esquina, que para entonces se habrá cancelado la deuda de 80.000 millones de dólares y que de ahí en adelante se debe garantizar el ingreso de sumas millonarias a las arcas de nuestro país, que en derecho le corresponde, a pesar de lo que pudieran pensar los idiotas que nacen a diario
En cuanto a Samek no se precisa decir mucho, salvo que fue un buen amigo del Paraguay y que, muy probablemente, en poco tiempo ya lo estaremos extrañando.