Fernando Lugo, expresidente de la República.
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¿A cuántas puntas juega Lugo?

Mientras el Frente Guasu apoya abiertamente la enmienda para establecer la reelección presidencial, Fernando Lugo insiste en la delirante teoría de que él está habilitado para volver a competir en el 2018. Ahora pretende que sea la Corte la que declare si es o no así, con la intención de que se emita una certeza constitucional, figura que no existe en nuestro Derecho Positivo.

ASUNCIÓN.- Primero decía que eran el Tribunal Superior de Justicia Electoral y la Corte Suprema de Justicia los únicos organismos que podían decir si su candidatura estaba o no habilitada por la Constitución Nacional. Ahora que el TSJE decidió en su contra y dijo que no puede ser candidato a presidente hasta tanto no haya reelección, Lugo rechaza dicha opinión y apela a la Corte, pretendiendo, vaya a saber por qué, una sentencia diferente.

Lo más raro de todo esto es que su equipo está en otra cosa, negociando la enmienda con el oficialismo colorado y el Equipo Joven del PLRA. Así que ahora son él y su escudero, Marcos Fariña, los que insisten con el absurdo de que la prohibición a la figura de la reelección no le afecta porque la Constitución habla de presidentes y no de expresidentes.

Así que lo que parece es que el exobispo está jugando a, por lo menos, tres puntas. Por un lado, insiste en que está habilitado para volver a competir en las elecciones; por el otro, ha dado instrucciones a su equipo para que apoye la enmienda, por si la Corte no lo habilita; y en tercer lugar, está negociando con el llanismo para integrar la chapa presidencialista con Blas Lanzoni a la cabeza y él como candidato a vicepresidente.

Así que lo que, en realidad, pretende es caer parado, quedar con algún cargo en el Ejecutivo, aunque pareciera muy difícil verle en el papel de segundón. Pero quizás sus ansias de poder son superiores y hasta podría ser que planee hacer a los liberales lo mismo que ellos le hicieron en el 2012; es decir, quedarse con la presidencia a través de un juicio político que elimine del camino a Lanzoni.

Está bien eso de que quisieron matar a su movimiento y hoy está renaciendo. Pero podría tener mayores chances, por lo menos en el sector de la gente pensante, si jugara respetando las reglas y no creando las suyas. Para colmo, pretende que la Corte aplique la certeza constitucional, figura que no existe en nuestra legislación.

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