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A los apurones

Después de mucho tiempo de que la ciudadanía y los medios reclamen el cambio de algunos personajes oscuros que integraban el gabinete, a lo que se sumó la indignación por no saber siquiera cuándo llegarían las vacunas, de golpe y porrazo el presidente cambió a los más cuestionados de su entorno (no todos, hay que aclararlo) y, oh sorpresa, llegaron 20 mil dosis de la vacuna china, donadas por el presidente chileno.

Eso sin mencionar que los hospitales públicos recibieron los medicamentos faltantes desde hace meses para el tratamiento de los internados por Covid-19, después de que los medios y las redes sociales fueran invadidos por los reclamos y el llanto de familiares y personal de blanco y que llevó al director del Ineram a estar al borde de la renuncia.

En los últimos días quedó claro que el presidente de la República actúa sobre los hechos consumados. No hay planificación ni pensamiento analítico que guíe sus acciones. Lo que se inició con la renuncia de Julio Mazzoleni lo dejó en offside como si no hubiera visto venir lo que de verdad todas las señales anunciaban con luces multicolores que se venía.

Cambió a los cuestionados Juan Ernesto Villamayor, Eduardo Petta y Nilda Romero, resistidos y repudiados por amplios sectores ciudadanos, solamente porque se encontró con el polvorín le podía explotar en la cara. Y fue tanta su falta de previsión que dos días después de haberlos echado recién dará los nombres de los sucesores. Porque no los tenía, porque, por lo visto, jamás pensó en deshacerse de ellos. Porque Marito actúa a los apurones, ante los hechos consumados.

Aunque todo el mundo quería que se vayan, especialmente Villamayor y Petta, no hay mucha esperanza de que la cosa cambie radicalmente. En el caso de Salud, el ministro interino, Julio Borba, por lo menos conoce el sistema de salud pública así que hay confianza en que no pedirá “tiempo” para adecuarse a sus nuevas funciones, congelando de nuevo las imperiosas necesidades y carencias que hay en los hospitales públicos.

La oposición y algunos sectores insisten en la renuncia de Abdo Benítez y su vice. Hugo Velázquez es cuestionado por diversos sectores, así que la gente quiere que se vayan los dos. Otros piensan que hay que aumentar el número de gente echada a patadas, entre quienes no dejan de mencionar a Arnoldo Wiens y Denis Lichi, y que con eso se salvaría la situación. Obviamente, nada es mejor que el hecho de que un presidente termine su mandato constitucional. Aunque ahora, nadie está muy seguro de qué es lo mejor para el país.

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