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Enrique García renunció a su cargo de contralor general de la República, minutos antes de que el Senado votara su destitución. El último día del juicio empezó con una actitud soberbia y segura tanto del funcionario acusado como de su defensa, convencidos de que no habría mayoría para su destitución. Sin embargo, las cosas fueron cambiando con el correr de las horas y al tener la confirmación de que estaban los números, García tiró la toalla. La Cámara de Diputados tratará hoy su renuncia.
ASUNCIÓN.- “Fue un acto de filibusterismo”, dijo Víctor Ríos una vez que se conoció la nota de renuncia de García, y añadió que se alargó innecesariamente el debate a fin de permitir que llegue la misma, dirigida al presidente del pleno, Silvio Ovelar.
La última jornada se inició a las 14, con la aceptación de las pruebas y, a renglón seguido, tanto los fiscales como la defensa presentaron sus alegatos. Tanto García como su defensor Álvaro Arias, mantuvieron su postura petulante y grosera, hasta ofensiva con los fiscales acusadores y la Cámara de Diputados, en general, posiblemente convencidos de que no se conseguirían los votos para la destitución.
Pero las cosas fueron cambiando una vez que se inició la sesión extra en la que los senadores fundamentaron su postura y se notó una rotunda mayoría a favor de la destitución de García, con argumentos a favor de las acusaciones presentadas por los fiscales de la Cámara de Diputados. Los números a favor de la destitución parecen haber ido aumentando con el correr de las horas, no se sabe si por la contundencia de los discursos sino también porque habría habido una llamada de atención a varios que se encontraban con una posición indefinida.
Se menciona que el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, llamó a algunos indecisos como Lilian Samaniego, lo que hizo que las posturas fueran definiéndose.
Finalmente, parecía que solo la bancada llanista liberal, con 9 integrantes, se mantuvo en su decisión de apoyar al contralor y votar en contra de su destitución, por lo que resultó claro que se conseguiría la mayoría necesaria para condenarlo. Esto fue lo que habría hecho que el funcionario decidiera renunciar minutos antes de la votación.
Esto volvió a generar un pequeño debate, puesto que algunos, como Enrique Riera, insistieron en que a pesar de haber presentado la renuncia, en un organismo que no lo había elegido, se debía votar su destitución. Sin embargo, Juan Carlos Galaverna planteó que ya no tenía sentido hacer esa votación, puesto que con la renuncia, “muerto el perro, acabó la rabia”. Esto fue apoyado por otros como Enrique Bacchetta; y Ríos propuso el levantamiento de la sesión, lo que fue rápidamente aprobado.
Ahora queda en manos de Diputados aceptar o rechazar la renuncia, lo que ocurrirá hoy mismo, pero todo parece indicar que hay una clara mayoría a aceptarla. Una vez que se complete el proceso deberá ser convocado a jurar como contralor, el subcontralor Camilo Benítez.
