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ASUNCIÓN.– Primero, ABC intentó imponerse con el presidente, cuando le dio “instrucciones” de que no debería volver a reunirse con el empresario tabacalero José Ortiz. Ahora, hace lo mismo con el vice al criticarle por haberse encontrado con el diputado Justo Zacarías Irún. El despiste de dicho medio no tiene límites, atribuyéndose un papel que no ejercen ni los medios serios de cualquier rincón del planeta.
Seguramente, la familia Zuccolillo y los integrantes del diario pensaron que, al dejar Horacio Cartes el gobierno y asumir el presidente actual, por quien habían hecho una abierta campaña, tanto en las internas como en las generales del año pasado, recuperarían el poder y serían quienes marcaran la hoja de ruta del Ejecutivo, así como lo hicieron siempre con mandatos anteriores.
Por eso, el matutino se indignó tanto hace unas semanas, cuando el presidente se reunió con Ortiz, con el argumento de que la presencia del empresario ensuciaba la imagen del gobierno.
El “problema” por el cual se señalaba con el dedo al empresario, y se lo consideraba indigno de ser recibido en el Palacio de Gobierno, es que es considerado el representante del expresidente Cartes, a quien el diario y algunos sectores políticos siguen teniendo entre ceja y ceja, aunque ya dejó el poder de la República.
Ahora, quiere hacer lo mismo con el vicepresidente, Hugo Velázquez, luego de que se supo que se reunió con el diputado Zacarías Irún, y mucho más porque dijo que el mismo no tiene ninguna imputación, sino que, apenas, está siendo investigado.
Ningún medio que se precie de serio, en cualquier país del mundo, tiene por costumbre intentar manejar la agenda política de un gobierno, ya que su función es ejercer de contralor de los actos oficiales y de las autoridades, y no convertirlos en marionetas que responden a los intereses particulares de los dueños del mismo.
Claro que eso no estuvo nunca vigente en nuestro país, en donde un editorial del diario ABC solía poner y sacar ministros, por citar solo un ejemplo de la gran influencia que siempre tuvo marcando la hoja de ruta del Ejecutivo. Eso terminó en la época de Cartes, motivo este que inspira el odio que le tienen los Zuccolillo, porque eso, además, les privó de la posibilidad de realizar excelentes y pingues negocios con el Estado. Eso es lo que piensan que recuperaron con Abdo Benítez. Hará que ver si el Ejecutivo logra liberarse de esta presión.
