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ASUNCIÓN.- Las ansias de perjudicar los negocios de Horacio Cartes son tan grandes en el grupo de la familia Zuccolillo, que los responsables editoriales de ABC no midieron las consecuencias que pudiera tener para el país un invento tan grave como el que lanzaron, involucrando a un banco de plaza, propiedad del expresidente, en el caso Lava Jato del Brasil. Como consecuencia, el vecino país puso normas tan rígidas que están haciendo que el comercio en Ciudad del Este esté en plena agonía. Pero el diario se mantiene en silencio, porque le es más fácil acusar que asumir los errores.
La Constitución Nacional dice que no hay delitos de prensa, sino delitos cometidos a través de la prensa, y es precisamente esto lo que debería aplicarse a los periodistas de ABC, quienes, con su irresponsabilidad y sus mentiras lograron afectar seriamente a toda una localidad, Ciudad del Este, que en este momento agoniza luego de que el diario de los Zuccolillo inventara que un banco de plaza paraguayo estaba ligado al lavado de dinero en el Brasil.
Es cierto que en las últimas décadas algunos medios periodísticos han hecho demostración de fuerza, convirtiéndose en un supra poder, haciendo que políticos, fiscales y jueces tiemblen ante la posibilidad de enfrentarlos; es lo que hace que cometan todo tipo de abusos y los mejores representantes de esto son precisamente ABC, de la familia Zuccolillo, y su satélite, Última Hora, del Grupo Vierci.
Lo que menos se esperaría de un medio que presume de ser serio es que asuma sus errores, cuando estos quedan en evidencia. Y esto precisamente fue lo que le pasó a ABC, que se basó en la publicación de un periodista brasileño, sobre la supuesta implicación del banco BASA en el Lava Jato, para armar un escándalo, sin tomarse la molestia siquiera de chequear la información, porque para sus periodistas, la posibilidad de atacar a Cartes es una tentación demasiado grande como para fijarse en pequeñeces como la confirmación de los hechos.
Lo que hicieron los equipos periodísticos de estos dos diarios fue un delito cometido a través de la prensa y con consecuencias nefastas para el país, ya que, en base a un rumor, publicaron como si fuera cierto algo que no existía, pero que hizo que Brasil tomara la decisión de tomar decisiones que perjudican gravemente al comercio esteño.
Ni los investigadores brasileños han encontrado un solo indicio de que una entidad bancaria paraguaya esté ligada al delito que investigan de lavado de dinero, pero esto no lo tuvieron en cuenta estos medios “independientes”, y hoy no son capaces de asumir su responsabilidad en la grave situación que viven los habitantes de la capital del Alto Paraná.
