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Aunque la mayoría hizo su discurso de bienvenida, ningún senador se refirió a la irregular situación que ubica a Rodolfo Friedmann y Mirta Gusinky como compañeros de cámara cuando que no fueron electos ni proclamados. La señora se mantuvo en silencio durante la sesión, pero el exgobernador de Guairá participó activamente como si tuviera derecho a hacerlo.
ASUNCIÓN.- Los senadores actuaron como si las cosas fueran normales y los 45 integrantes de la cámara tuvieran derecho de estar allí. Nadie mencionó la situación de Friedmann y Gusinky, y aunque se podría entender que la idea era no incomodarlos pues estaban presentes, esto no puede ser más importante que la institucionalidad y los derechos de otras personas conculcados alevosamente por quien fuera presidente del plenario, Fernando Lugo.
Pensábamos que seríamos testigos de un profundo debate político sobre la situación de Horacio Cartes y Nicanor Duarte Frutos, electos por el pueblo y proclamados por el TSJE, la situación de quienes usurpan sus bancas y, fundamentalmente, qué pasos se darían para devolver la institucionalidad a la cámara y al país.
Pero nadie pareció recordar la irregular situación en la que se encuentra el Senado. Solamente Desirée Masi hizo referencia, muy de paso, a una resolución remitida por la jueza electoral María del Carmen Novais, quien ratificó su amparo a favor de Duarte Frutos para que este pudiera jurar el pasado 30 de junio.
Fiel a su estilo burlón, Masi dio un consejo a los colorados, diciendo que no pueden seguir cometiendo errores, porque la magistrada plantea que se tenga en cuenta una resolución que ya fue preclusa porque fue emitida para la fecha mencionada.
Tampoco el presidente de la cámara, Silvio Ovelar, habló de alguna fecha en la que debería ser convocado el pleno para una extraordinaria, a fin de considerar el juramento de Gusinky y la integración de Nicanor. Así que, tal parecería que nada está mal y que todo ha retornado a la normalidad, sin importar el quiebre institucional producido el sábado pasado.
Para colmo, Friedmann participó activamente en el debate sobre uno de los temas del orden del día, como si fuera un senador pleno y con todos sus derechos vigentes.
