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ASUNCIÓN.- Las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur siguen sin una sola muestra de solución a corto ni mediano plazo. Las conversaciones se realizan esta vez en Bruselas y se espera que para mañana 13 de julio se unifique una nueva declaración, que en definitivas servirá para extender plazos. La próxima semana estarán los cancilleres del Mercosur para repasar los puntos conflictivos, con Cecilia Mastrom, comisaria de comercio de UE. Brasil propone seguir las conversaciones con más calma, y por el contrario Uruguay sugiere renunciar al diálogo con Bruselas y buscar otros pactos comerciales. El proceso se arrastra, en cámara lenta, desde hace 18 años.
Se destaca este intento de tratado de libre comercio entre los dos bloques en un momento en que contrastaría con el repliegue comercial que se verifica en todo Occidente, impulsado por Estados Unidos de Donald Trump. La demora en alcanzar ese resultado es una señal de los niveles de proteccionismo que imperan a ambos lados del Atlántico.
Ante el cierre francés, la respuesta sudamericana no tardó. Cuando se llegó a un acuerdo agrícola, considerado insuficiente por los charrúas, emergió la resistencia de Argentina y Brasil en abrir el mercado automotriz.
Aclaran los negociadores del Mercosur que Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay no defienden a las terminales automotrices, que en definitivas son casi todas europeas. La preocupación son los autopartistas, que no podrían competir con los del otro lado del Atlántico. Los negociadores de ambos bloques admiten, así y todo, que la diferencia podría superarse.
Sandra Gallina, negociadora europea elevó entonces un informe con un contenido pesimista, dirigido a los europarlamentarios.
La UE y el Mercosur buscan desde 1999 un acuerdo para potenciar sus relaciones comerciales. Los mayores avances se produjeron durante 2017 y, aunque ambas partes expresaron en varias ocasiones su intención de sellar el pacto a principios de este año, aún no ha ocurrido. Las dificultades para avanzar persisten en el tratamiento de productos industriales y agrícolas, como la carne vacuna sudamericana y los productos lácteos europeos.
