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ASUNCIÓN. “Evitar la pregunta: ¿Cuáles son los síntomas del Cáncer de Próstata? Señores: no da síntomas. Cuando da, es tarde. Si tenés 50 años… ese es el primer síntoma para acudir al urólogo. Cuidarse también es cosa de hombres”, advirtió el doctor Gustavo Codas, urólogo y andrólogo, y también Secretario de la Sociedad Paraguaya de Urología.

Con esas palabras y desde su cuenta en Twitter, el citado doctor Codas se unió a la campaña Noviembre Azul, iniciativa que busca promover la consulta temprana de los hombres en relación con el cáncer de próstata, un mal que en nuestro país hasta el 2019 tenía un promedio de 1.300 pacientes por año y más de 300 óbitos anualmente por la misma causa.

También desde la cartera sanitaria se abordó el tema con el mismo denominador: la consulta temprana salva vidas. Sin embargo, el diagnóstico aparentemente está revestido de una resistencia en la población masculina, resistencia directamente relacionada con el tacto rectal.

Al respecto, el doctor Codas explicaba que no todos los hombres que acudan al consultorio por el tema próstata serán inmediatamente sometidos al citado procedimiento de palpación.

Añadió que primero se ve el historial familiar, el relato del propio paciente del porqué de su consulta y análisis de sangre. Se recurre también a la ecografía y al estudio de la orina. Finalmente, si procede, se realiza el tacto rectal en el paciente, algo que no demora más de cinco segundos, subrayó.

Sin embargo, estos cinco segundos pueden constituir la diferencia entre la vida o la muerte de un hombre, ante un tipo de cáncer tratable y curable, hasta, prácticamente, antes de comenzar a manifestar síntomas.

Señales

Salud Pública indicó también cuáles son las señales del cuerpo que los hombres deben atender a partir de los 40 años, inclusive.
Problemas al orinar, incluyendo un flujo urinario lento o debilitado o necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche
Sangre en la orina o el semen
Dificultad para lograr una erección (disfunción eréctil)
Dolor en las caderas, la espalda (columna vertebral), el tórax (costillas) u otras áreas debido a que el cáncer que se ha propagado a los huesos
Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies, o incluso pérdida del control de la vejiga o los intestinos debido a que el cáncer comprime la médula espinal