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ASUNCIÓN.- Federico Franco ahora se volvió analista político y del ámbito militar. Aseguró que nunca antes hubo tanta desidia en las FF.AA., por culpa de lo cual están muriendo militares. Dijo que los comandantes de las FF.MM y la FTC no pueden quedarse ni un segundo más en el puesto y criticó la grosera intromisión de la cúpula militar en los asuntos civiles del Estado.
Franco fue presidente de la República durante un año y dos meses, luego de que el Parlamento echara del cargo a Fernando Lugo, de quien era su vicepresidente. Pocos gobiernos fueron tan duramente cuestionados, especialmente por la alta corrupción imperante, como el del liberal, quien sin embargo, sigue siendo consultado por sectores de la prensa que piensan que puede tener alguna credibilidad a pesar de no merecerla.
Y es así que ayer, en una entrevista radial, se mostró como si fuera la divina guayaba y pudiera dictar cátedras sobre democracia, gobernabilidad y manejo del estamento militar. Serio y conspicuo analizó la situación política actual y dio fórmulas mágicas para superar los problemas que enfrenta el Gobierno.
Dijo que lo más grave que ocurre ahora es la “grosera re-intromisión de las Fuerzas Armadas en los asuntos civiles del Estado. Hay un rosario de irregularidades de un tiempo a esta parte, absolutamente inaceptable. El uniforme verdeolivo (…) siento lástima de cómo lo están utilizando ahora”.
“Jamás, ni un segundo más pueden continuar en su cargo el comandante de Fuerzas Militares y de la Fuerza de Tarea Conjunta. El haber desviado recursos humanos y recursos técnicos de la zona Norte, donde se está librando una guerra, no tiene ningún justificativo, para escuchar periodistas, para investigar reuniones de jóvenes”, añadió.
Puesto a criticar, criticó todo. Dijo que la muerte de los 8 militares de manos del EPP se debió a la desidia que reina en las FF.AA. y cuestionó que los uniformados se hayan movilizado en un vehículo común y no blindado, y hasta la forma como se trasladaron los cuerpos en el helicóptero militar. Lo que ocurre es que durante su breve administración, los integrantes del EPP no tuvieron mucha necesidad de atacar a nadie porque casi vivían en permanente luna de miel con quienes debían combatirlos.
