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ASUNCIÓN. Como si no bastaran todas las denuncias en su contra, de las cuales ya fue imputado por enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y falsa declaración, anoche el diputado abdista Miguel Cuevas y su hijo Enzo, también imputado, hicieron gala de un estilo patoteril que dejó en evidencia la ralea de la que proceden.

Ulises Florentín es un político colorado que estuvo participando de una manfiestación frente al local de la Municipalidad de Sapucai, en donde sesionaba la Junta Municipal con el fin de elegir a sus nuevas autoridades, entre las que se encontraba como candidato Ezequiel Cáceres, el principal denunciante en contra de Cuevas y quien aportó los documentos que la Fiscalía tuvo en cuenta para hacer la imputación.

La manifestación era bastante pacífica hasta que de pronto aparecieron los Cuevas con un grupo de hurreros y sin mediar palabra se pusieron a repartir golpes y tongos a los presentes en el lugar, rompiendo los carteles que portaban y tirando bombas con la intención de amedrentarlos.

Por si todo esto no fuera poco, Enzo, acompañado de otros vándalos, siguió a Florentín y Cáceres hasta el domicilio de este, en donde se pusieron a discutir hasta que llegó el diputado añetete, con un arma de fuego y muy descontrolado, golpeando al concejal que lo había denunciado, mientras uno de sus acompañantes hacía lo mismo con Florentín.

El político aseguró que presentaron denuncia ante la comisaría local por el atropello y la agresión que había sufrido.