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BERLÍN.- En las dependencias policiales donde se encuentra el expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, después de ser detenido por la Policía Criminal alemana, sus abogados le explican su grave situación ante el pedido de extradición de España. La legislación alemana es mucho más desfavorable para el ex gobernante de la Generalitat, destituido por Mariano Rajoy.
El Código Penal alemán contempla penas que van desde los diez años de prisión a la cadena perpetua para cualquiera que emprenda “por la fuerza o por la amenaza de la fuerza (..) socavar la existencia continuada de la República Federal” o “modificar el orden constitucional basado en la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania”.
El mismo texto legal contempla penas de entre uno y diez años de cárcel para los “casos menos graves”, según el artículo 81 de la norma penal germana. Para las consecuencias del pedido de entrega de España, cumple así uno de los requisitos, cual es que el delito por el que se reclama la detención y entrega esté contemplado en la norma penal del país en el que se encuentra el reclamado.
En fuentes de las fuerzas de seguridad del Estado, además de confirmar que desde que llego a Helsinski, Puigdemont ha estado controlado por los servicios secretos (Central de Inteligencia). Recuerdan que Alemania, junto a Francia, Italia y Portugal, es uno de los países con los que existe una cooperación judicial más activa. Alemania detuvo en 2015 a 1.635 personas en cumplimiento de órdenes de detención y entrega europeas. El resultado fue la entrega efectiva de 1.283 detenidos, en un plazo de entre 15 días (si el reo consiente la extradición) y 47 días (las recurridas) de media.
