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PRAGA.- El partido populista del millonario Andrej Babis, la versión checa de Donald Trump y Silvio Berlusconi según los medios locales, se impuso ayer en las elecciones legislativas de su país, con un discurso crítico de la Unión Europea (UE) y sus políticas migratorias.
Su movimiento de extrema derecha Acción para los Ciudadanos Insatisfechos (ANO, según sus siglas en checo), que basó su campaña en la lucha contra la corrupción, los inmigrantes y la eurozona, obtuvo el 29,6% de los votos, que le darán 78 de los 200 escaños en juego de la Cámara de Diputados. De todos modos, deberá buscar alianzas para formar gobierno.
En un revés para los partidos tradicionales, cuatro de las formaciones más votadas estaban fuera de las corrientes principales, con mensajes críticos hacia la inmigración, el islam, la UE y la OTAN. Segundo quedó el euroescéptico ODS (11,3%); tercero, el Partido Pirata (10,8%), y cuarto, SPD, de extrema derecha (10,7%). Los socialdemócratas (CSSD) que gobernaban hasta ahora apenas consiguieron 7,9%.
Babis, de 63 años, fundador del gigante agroalimentario, químico y mediático Agrofert, prometió a los checos “una nueva etapa” y una atención mayor “a los verdaderos problemas de la gente”.
