Los estudiantes del Salesianito repudiaron los hechos de violencia y drogas registrados en la institución. Al respecto, la presidenta del Centro de Estudiantes, Salma Agüero, afirmó que son casos aislados entre los 3.000 alumnos que alberga el colegio. Por su parte, un excoordinador académico asegura que en gran medida de la problemática registrada en la institución es responsabilidad de los padres.
ASUNCIÓN.- Salma Agüero manifestó su indignación por la polémica de drogas y violencia que envuelven al Colegio Salesianito. “Lastimosamente son dos o tres chicos que vienen de otros colegios que no son salesianos y descomponen el clima de la institución. Nosotros repudiamos todos los actos vandálicos y tratamos de mantener normas de convivencia. Son casos aislados entre los 3.000 alumnos que somos”, resaltó.
Igualmente, mencionó que los estudiantes de la promo 2016, quienes fueron sancionados con la suspensión de la fiesta del último día de clases, se manifestaron por las medidas tomadas por las autoridades. “Lamentablemente los buenos tuvieron que pagar por los malos. Pero como el mismo director explicó, el clima de tensión que hay en el colegio no permite que se desarrolle una festividad así”, relató.
Según Salma, el pedido de los padres, de que los culpables de los actos “desubicados”, sean expulsados de la institución, no es fiable porque no lo permite el Ministerio de Educación.
ANTECEDENTES
Todo se inició el miércoles pasado, cuando un alumno del primer año formaba fila en la cantina.
Recibió una patada por detrás, aparentemente de parte de un secundario del último año, quien luego siguió agrediéndolo hasta quebrarle un dedo, dejarle moretones en la frente, la espalda y raspones en la cara, según consta en la denuncia hecha por la familia del agredido.
Durante toda la mañana, padres del primero y segundo años de diferentes especialidades de bachilleres, denunciaron que los directivos de la institución educativa católica y de gestión privada se llamaron al silencio y que no recibían a los progenitores. Mientras, aumentaban los reclamos y la preocupación.
“La violencia se ha enseñoreado de esta institución y este es el momento en que no se ha tomado ni una determinación”, lamentó Wilfrido Cáceres, uno de los padres. El Consejo Directivo del Salesianito tomó cartas en el asunto recién después de la movilización de los padres de alumnos.
Otra denuncia surgió el pasado jueves, pues Antinarcóticos de la Policía Nacional confirmó que se halló marihuana introducida por estudiantes del colegio unos días atrás. Una alumna habría sido intoxicada.
LOS PADRES SON LOS PRINCIPALES CULPABLES
Rogelio Quiñónez, excoordinador académico del Salesianito, señaló que los padres son los principales culpables ya que les cuesta asumir responsabilidades y compromisos. “No hay una responsabilidad compartida, ningún colegio está inmune a droga”, acotó.
Indicó que El salesianito es una institución muy significativa y es muy influente. Sin embargo, reconoció que hay que tener en cuenta que los jóvenes son los más vulnerables de nuestra sociedad y es allí donde se manifiestan las lacras de nuestra sociedad. “Yo creo que hay una responsabilidad de los padres en ese sentido, he tenido mucho trabajo con los progenitores y les cuesta muchísimo asumir responsabilidad y compromiso con las fallas de sus hijos”, resaltó Quiñónez.
Destacó que antiguamente, el estudiante nunca tenía razón en la casa, venía una queja en su contra y el director o el profesor tenía la razón y se le armaba un problemón. Ahora está ocurriendo lo contrario y los padres van furiosos a los colegios a intervenir y a exigir, incluso van acompañados de sus abogados. Esto hace que los chicos crean que sus padres les van a defender ante cualquier situación, no hay una responsabilidad compartida.
Reconoció que El Salesianito está muy cerca de fuentes de drogas, en especial el Mercado 4 y otros lugares, por lo tanto ningún colegio está inmune a ella. Sin embargo, afirmó que este problema tiene solución, teniendo en cuenta que Salesianito es una gran institución, tiene a sacerdotes, padres de familias y alumnos con muy buena voluntad; “y como comunidad educativa no tienen que buscar culpables y aplicar las sanciones correspondientes”, destacó.