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La asunción de Mario Abdo Benítez a la Presidencia de la República se dará en un ambiente desalentador, con su partido dividido, como producto de su propia deslealtad; y cuestionamientos diversos que van desde la composición de su gabinete hasta su cambio de postura respecto a las notas reversales de Yacyretá y el blindaje al diputado José María Ibáñez. Así, dentro de 10 días asumirá el nuevo titular del Poder Ejecutivo. Este clima político no se observaba en nuestro país al menos desde 1998, hace 20 años.
ASUNCIÓN.- Muchos todavía tenemos los tristes episodios de nuestra política nacional, principalmente de los años 1998 y 1999, donde Raúl Cubas Grau encabezó la lista de la ANR para las elecciones cuando Lino César Oviedo quedó inhabilitado a candidatarse. Renunció al cargo durante el “Marzo Paraguayo”. Asumió en su lugar Luis Ángel González Macchi, completando así el mandato hasta el 2003.
En esos años se vivió una crispación política terrible que terminó enfrentando incluso a compatriotas entre sí. La economía fue tumbada por el suelo y nuestro país había perdido gran parte de su importancia dentro de la geopolítica, no sólo regional, sino también más allá del continente. Y costó mucho recuperar la institucionalidad, el respeto al Estado de derecho y la seguridad jurídica; elementos que permitieron que nuevamente nos pongamos en las vías del desarrollo.
En esta ocasión, el traspaso de mando se debería de hacer en un ambiente festivo, porque Mario Abdo es del mismo partido del gobierno de turno; sin embargo, y es lo que muchos líderes partidarios e incluso personas no ligadas a la militancia partidaria han evidenciado, y es que el propio presidente electo fue el causante de la fragmentación de la ANR, siendo la causa principal su deslealtad al incumplir pactos de caballeros que posteriormente debieran ser las bases de una sólida unidad. Prefirió, en otras palabras, aliarse con aquellos que lo enfrentaron antes que con los que le ayudaron a ganar las elecciones.
A lo mencionado anteriormente, también se suman diversos cuestionamientos acerca de la composición de su gabinete. Los más resistidos fueron la designación de Arnaldo Giuzzio, conocido como el “fiscal de las causas inconclusas” al frente de la Senad; Arnoldo Wiens, un pastor y experto en Biblia para encabezar el MOPC, un ministerio que debería ser ocupado por un técnico, no por un predicador; y como para cerrar, la elección de Eduardo Petta como futuro ministro del Ministerio de Educación y Ciencias. Y este último encendió la mecha de reclamos que van subiendo de tono, entre estudiantes, docentes, sindicalistas y gran parte de la ciudadanía que ve un retroceso en esta última designación.
Pero, lo más llamativo, y hasta podría considerarse como una debilidad para liderar, fue el giro que dio Mario Abdo en cuanto a su postura inicial sobre las notas reversales de Yacyretá. En medio de su discurso político antes de las elecciones, se había mostrado inflexible: “Ese acuerdo de algunos antipatriotas vamos a romper cuando lleguemos a la presidencia de la República”. Sin embargo, a pocos días de su llegada al poder, la gran mayoría de los diputados de su movimiento político adhirieron a la decisión de aprobar el mencionado acuerdo.
Y también fue muy criticado su silencio condescendiente en relación a lo que muchos consideran como “blanqueo”, sobre el caso que envuelve al diputado José María Ibáñez. Mario Abdo Benítez anunció que no tolerará la corrupción. “No debe existir distinción entre poderosos y comunes, sea el investigado yo, un integrante de mi familia, de mi gobierno, un amigo o un ciudadano de a pie”, reiteró el día en que fue proclamado presidente electo. Sin embargo, ahora se le reclama justamente que rompió antes de asumir uno de sus principales compromisos electorales.
En medio de esta turbulencia nos acercamos al 15 de agosto, momento en que Abdo Benítez tomará las riendas del país y los destinos de todos los paraguayos. Y reiteramos, un ambiente político similar a éste lo vivimos hace 20 años atrás, ni siquiera la caída del Partido Colorado en el 2008 ocasionó tanta convulsión.
PROGRAMA PARA EL TRASPASO DE MANDO DEL 15 DE AGOSTO
El acto oficial de traspaso de mando comenzará a las 07.00 de la mañana con la reunión en el Congreso, en la que participarán los senadores y diputados donde se conforman las comisiones de recibimiento y de acompañamiento al presidente saliente y al entrante, “allí se hará una entrega de atributos de mando”, indicó José María González, coordinador ejecutivo del traspaso.
Posteriormente se trasladarán al Palacio de López, para el juramento. La misma se hará en la explanada de la bahía de la casa de gobierno, donde estará un palco oficial. La sesión solemne iniciará a las 8.30. En primer término, tomará juramento el Vicepresidente de la República y luego el Presidente. Se les entregarán los atributos de mando y después el Presidente realizara su discurso inaugural.
En un segundo acto, el nuevo Presidente tomará juramento a los ministros de su gabinete, para luego dirigirse a la Catedral para el tradicional TE DEUM por el nuevo gobierno y por el aniversario de la Ciudad de Asunción. Más tarde, el Presidente se transportará al Palacio de López para recibir el saludo de las delegaciones internacionales presentes.
A mediodía se tendrán dos almuerzos en paralelo, el primero con el Presidente y Vicepresidente, siempre acompañados por sus esposas, con los jefes de Estado invitados. Este almuerzo se realizará en Mburuvicha Róga. Por otro lado y en simultáneo, el canciller ofrecerá un almuerzo a las demás delegaciones.
