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ASUNCIÓN. Celeste Amarilla, diputada liberal, lamentó la indiferencia con la que la ciudadanía y algunos medios muestran ante el “Friedmann affaire” que saltó la semana pasada y va aumentando el escándalo a medida que pasan los días.

“Nuestra capacidad de asombro disminuyó; no estoy viendo un escándalo por parte de la ciudadanía, tampoco le estoy viendo al presidente apurado por cambiarle o aclarar, pero el caso Friedmann es grave, se puede ver el uso y tráfico de influencia”, dijo en una entrevista radial.

“Yo no sé qué es más grave, que él figuré como dueño de la empresa o el cohecho que está demostrado”, añadió, refiriéndose a la empresa Eventos y Servicios S.A. (ESSA) y los documentos que demuestran que es el socio mayoritario de la misma, que es desde hace varios años la ganadora de todas las licitaciones para la provisión del almuerzo escolar en las escuelas del Guairá.

Contundente, la legisladora liberal añadió que “acá hay tráfico de influencia, porque la empresa ganó por promesa y se entregó dinero en varias oportunidades. El Senado debe destituirle por uso indebido de influencia; lo que no sé es que si para eso debe estar en el senado”. Varios analistas ya habían indicado anteriormente que si el presidente le saca del gabinete y vuelve a la cámara, el pleno tiene argumentos para decidir su pérdida de investidura.