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ASUNCIÓN. Desde el inicio de la cuarentena, el reclamo del sector gastronómico fue intenso para que se permitiera que los restaurantes vuelvan a activar. Según Aramí O’Hara, “desde el inicio de la fase 3, cuando volvimos a reactivar, lo que se peleó es ganar la confianza del cliente, para lo cual nos ayuda mucho la postura de (Guillermo) Sequera, que es imposible contagiarse en los restaurantes, porque se están siguiendo a rajatabla los protocolos. Esa confianza se quiso construir, y eso lleva su tiempo”.

O’Hara coincidió con los conductores de Tempranísimo, por la 970 y GEN, que esta medida adoptada en la nueva “cuarentena social” es más política que práctica, como para que los gastronómicos dejen de reclamar, ya que se permite que los restaurantes activen hasta medianoche, pero a la ciudadanía se le prohíbe que salga de su casa a partir de las 20 horas.

“Nadie sale de su casa queriendo contagiarse. Desde nuestro punto de vista, la comunicación tiene que ser diferente porque si nos vamos a pasar metiendo miedo nomás todo el tiempo, esto va a ir cada vez peor. No podemos seguir dependiendo del papá guasu que le tenga bien a 7 millones de personas, la economía tiene que moverse. La comunicación ya no puede ser quédate en tu casa nomás, tiene que ser que cuando tengas que salir, cuídate. Tenemos que seguir cuidando los empleos”, explicó la entrevistada.

Añadió que “esta sigue siendo una brillante oportunidad para formalizar la economía de este país. Estamos hablando de casi un 40% de economía informal que se está moviendo en negro. Se están quejando muchísimo, y te quedás pensando, ¿y por qué necesitás? Finalmente, es a la misma gente a la que le apretás, nos van a terminar apretando otra vez a los formales, porque los informales tienen juego de cintura”.

“No es simplemente seguir diciendo quédate en casa, protegete. Es eso y reactivamos la economía, cuidemos el puesto de trabajo de casi 2 millones de personas a través de las mipymes. El discurso tiene que haber migrado. Otra cosa que cae de maduro es que el paraguayo es demasiado sencillo cuando toma sus decisiones. Ante todos los casos de corrupción, piensa que si le estás robando él va a seguir llevando su vida como quiere. El paraguayo no es complicado, vos me pedís que me encierre mientras estás robando, entonces no voy a hacerte caso. Todo esto es porque la comunicación no es buena, no están haciendo bien las cosas”, concluyó.