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Arco libre

En todos los hechos de agitación política como el que está teniendo lugar en las calles del microcentro de Asunción se visualizan siempre dos aristas, de acuerdo a los manuales más elementales del marketing especializado. Primero el hecho en sí, la acción, lo que está teniendo lugar, y segundo, la comunicación del acontecimiento, la forma como el mismo llega a la opinión pública, al grueso de la ciudadanía, que resulta absolutamente clave.

Para nada estamos en plan de descubrir la guayaba. Se sabe todo esto. Sin la comunicación efectiva, nada de lo que está pasando tendría importancia.

A la vista entonces de lo que está ocurriendo, marchas y contramarchas, la gente podrida de tener problemas con sus quehaceres diarios, nada menos que en el centro de Asunción copado por esta gente…¡¡¡qué están haciendo los gabinetes de comunicación del gobierno!!!…y el tendal de asesores en materia de comunicación de Cartes  que le cuestan bien  caro al erario público o a él mismo. Indudablemente…se rascan, o dan opiniones rimbombantes, en  pose de doctores, cuando lo que deberían hacer es meterse en el “qui…” y generar reacciones mediáticas inmediatas, valga el juego de palabras.

Lo reiteramos, ¿¿¿qué están haciendo???  Los medios de comunicación están en lo suyo, desde el gran “destape” luego del cerrojo stronista, los jefes de prensa y ni que decir los cronistas callejeros, le meten con todo a las manifestaciones y a las posibilidades de “represión salvaje” por parte de la Policía, etc., etc. Lo consabido, y esto no ha cambiado. En realidad ningún gobierno de la democracia, salvo tal vez el impresentable Lugo, tuvo un buen  manejo de los medios del Estado para contrarrestar la mala prensa que lamentablemente reina en nuestro país.

Contrarrestar…que decimos, ¡¡no!! por lo menos hacer escuchar la “otra campana”, lo que dice el sector oficial  ante las protestas. Pero no una vez, aisladamente y luego a callarse todos a ver si la lluvia no cesa sola…; una y otra vez, todos los días,en todos los acontecimientos, se debe batallar para que las cosas queden por lo menos “empatadas”, o sino, como dice frecuentemente el jefe de Estado, se pierde el partido en la percepción ciudadana. Los manifestantes son los “pobres campesinos”, que portan garrotes “simbólicos” como llegó a decir cierto connotado comunicador y los “simpáticos cooperativistas” y el gobierno el ogro que quiere recaudar más para la corrupción  y criminaliza las luchas campesinas, por tanto tiempo postergadas.

¿Dónde está la política comunicacional de contingencia que debe echar a andar de inmediato en estos casos? No se aprendió acaso nada de la experiencia del tilingo de Nicanor, que hizo un gobierno aceptable pero tuvo que irse como rata por tirante por la forma en que manejó la comunicación de su gobierno.

Y lo peor es que los señorones de la comunicación oficial tienen todo a su favor. Obras que mostrar y números que cantan. Pero se callan. O por lo menos no se los escucha.

Alguna vez igualmente, los dueños de los grandes medios de comunicación,deberían ocuparse de la formación de sus periodistas. Que digan absolutamente lo que quieran, no se trata aquí de coartarles su libertad de acción, pero que hablen con rigor, que sean personas calificadas, preparadas, no más aquello de que el periodismo es la “profesión de los que no tienen profesión”.

Ellos no pueden estar oficiando de operadores de cuanto protestón sale a la calle supuestamente a reivindicar sus derechos, atropellandolos de los demás.

Ayer lunes toda la ciudadanía se desayunó con entradas en vivo y en directo por todos los canales de TV, “acompañando” como dijo uno de ellos, las marchas por el microcentro. Es cierto. Es una información importante sobre todo para eludir el cierre de calles e intentar llegar al trabajo a hora. Pero de ahí a “acompañar” el asunto por 10 minutos, transmitiéndolo como un partidode fútbol…ya hay demasiado trecho. Pero eso no es todo. Lo más perjudicial quizás sea la forma de preguntar sobre cómo van a dar continuidad a las protestas …perooo…¿y cómo va a seguir esto?  El entrevistado no lo había pensado evidentemente. Se detuvo un instante y dijo, saliendo del paso,…buenooo, vamos a evaluar y ver qué acciones tomar. El otro, periodista perspicaz, según él, insistió… pero si los diputados le rechazan el jueves…van a seguir las manifestaciones, ¿verdad? De nuevo el entrevistado no tenía ni idea, pero dijo algo así como vamos a presentar un nuevo proyecto y vamos a insistir.

La periodista, jovencita ella y con una “pinta” muy humilde, debido a los “rigores” de su empleo, finalmente se dio por vencida y cerró su “entrada” muy satisfecha.

La anécdota anterior es cosa de todos los días. Los medios juegan bárbaramente su papel, imponen la agenda y nadie sale a enfrentarlos. Así de sencillo. Así fue siempre y no ha cambiado nada.

La prensa seguirá “tóxica” por falta de buenas prácticas periodísticas y por supuesto una buena dosis de manipulación política por parte de los dueños de medios. Y el gobierno seguirá callaaadooo, y como uno de sus antecesores,si las cosas siguen así, culminará en un par de años una gran gestión….pero muy criticada por el pueblo.

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