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Este miércoles ya se podrían presentar los alegatos finales de la defensa de Paraguay, en el marco de la denuncia planteada contra el Estado por parte de los acusados de secuestro, Juan Arrom y Anuncio Martí. Ahora, la cifra final exigida es de US$ 123.000.000, desglosados en US$ 50 millones para Arrom, US$ 50 millones para Martí y US$ 23.000.000 para sus familiares, por supuestos daños y perjuicios.
ASUNCIÓN.- Esto ya parece un chiste de muy mal gusto. En principio se habló de 63 millones de dólares que Juan Arrom y Anuncio Martí pidieron al Estado paraguayo como “compensación” por las supuestas torturas que sufrieron en 2002.
Sin embargo, el procurador general de la República, Sergio Coscia, informó que son 123 millones de dólares lo que piden ambos, quienes están en condición de asilados políticos en el Brasil y prófugos de la Justicia paraguaya, al ser sospechosos de haber secuestrado a María Edith Bordón de Debernardi, en noviembre de 2001.
Lo más llamativo es que la cifra final que Arrom y Martí exigen al Estado es de US$ 123.000.000, que serán distribuidos, según sus pretensiones, en US$ 50 millones para Arrom, US$ 50 millones para Martí y US$ 23.000.000 para sus familiares, por los supuestos daños y perjuicios que sufrieron cuando presuntamente fueron secuestrados por la Policía en 2002.
Por su parte, el fiscal adjunto de la Unidad Especializada en Derechos Humanos, Ricardo Merlo, dijo que este miércoles ya estarían presentando los alegatos finales correspondientes a la defensa de Paraguay.
Merlo confía en que nuestro país obtendrá un fallo favorable de parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), teniendo en cuenta la solidez de los argumentos expuestos durante el juicio por parte de la defensa del Estado paraguayo.
El profesional expresó su buen augurio a pesar de reconocer que la Corte IDH ha fallado en contra de los Estados en la mayoría de los casos. Pero destacó que “durante la audiencia de febrero pasado, hemos podido observar que los argumentos de la defensa de Paraguay han sido tomados con la seriedad correspondiente por parte de los jueces”.
Además, Cristina Arrom, hermana de Juan, mintió en reiteradas ocasiones asegurando que no conocía a Bordón de Debernardi, siendo que era su concuñada. Su hermana Marina estaba casada con uno de los hermanos de María Edith. Bordón también identificó a Cristina Arrom como la mujer que daba contención psicológica a sus hijos, mientras ella estaba secuestrada.
