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La autopsia realizada a los restos de María Enciso reveló detalles escalofriantes sobre su muerte. Según el informe de la medicina forense, la víctima sufrió dos heridas, una profunda en el tórax y una decapitación. Además de estos daños, se encontraron otros signos de violencia, como golpes en la cabeza.
El jefe forense, Pablo Lemir, explicó que las lesiones en el tórax fue inflicta mientras la víctima aún estaba con vida, lo que indica una agresión en pleno desarrollo. La decapitación, por otro lado, fue realizada mediante un corte preciso que separó la cabeza del torso, lo que sugiere un conocimiento específico en el uso de herramientas. Se sospecha que los autores del crimen pudieron ser dos personas, siendo una de ellas probable experta en carnicería.
En el proceso de desmembramiento posterior a la muerte, según Lemir, los asesinos extrajeron las vísceras de la víctima, lo que evidencia un intento deliberado de eliminar pruebas. Se considera que las heridas mortales fueron seguidas por una serie de acciones destinadas a deshacerse del cuerpo de manera meticulosa, incluso dividiendo los restos en varias partes y arrojándolos al río.
El forense también destacó que al menos dos tipos de armas fueron utilizadas en el crimen: una de filo, posiblemente un cuchillo, y otra con características de sierra para los cortes más gruesos. Aunque la investigación aún está en curso, se confirmó que la violencia sufrida por María Enciso fue extrema y cuidadosamente ejecutada.
El principal sospechoso en el caso es Lucio Vera, un hombre de 32 años detenido recientemente. La investigación lo vincula con una llamada realizada el 7 de marzo, cuando convenció a María para salir de su casa, después de lo cual se perdió todo contacto con ella. También fue arrestado Diosnel Escobar Leiva, el concubino de la víctima, quien fue imputado por feminicidio.
