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ASUNCIÓN. Luego de que el presidente del Senado, Blas Llano, presentara pruebas contundentes en contra de María Eugenia Bajac, quien no solo es correligionaria suya sino líder de la bancada llanista de la cámara, apareció en cámara la legisladora, quien había seguido la sesión pero con cámara y micrófono apagados.

Con la voz quebrada, pidió perdón a los legisladores por lo que había provocado. “En ningún momento me sentí enferma pero yo sé lo que causé en cada uno de ustedes, esta zozobra que de manera involuntaria he causado en ustedes. Perdónenme, independientemente de las decisiones que ustedes tomen, yo de vuelta reitero mis disculpas. No lo he hecho en ningún momento de forma intencional, jamás entraría en mi cabeza, de manera involuntaria, respondiendo a mi cuerpo que se sentía en perfecto estado de salud. No consideré en ningún momento que mi resultado saldría positivo”.

“Todas estas circunstancias que hice vivir a cada uno de los que están involucrados en esta situación, yo sé que generé crisis, situaciones en las que todos ustedes están pasando por mi culpa, mal, con mucho más temor de lo que ya está provocando esta pandemia. Nunca nadie sabe el motivo por el cual recurrió, ni aún los médicos están del todo seguros y tienen la certeza total. Nadie sabe porque es un virus misterioso. No se sabe ni la solución ni lo que se va a hacer”, añadió.

Acto seguido pretendió justificar la declaración jurada en la que había detallado gastos de viático de un viaje a Guatemala que nunca realizó, y aseguró que devolvió la totalidad de lo recibido por la cámara, 12 millones de guaraníes, aunque olvidó mencionar que lo hizo recién cuando saltó el escándalo.