La expresión es un tanto antigua. Posiblemente la utilizaban nuestros abuelos. Aunque aún figura en conversaciones inteligentes de nuestra época.
“Bienes de difuntos”, así calificaban las cosas maltratadas, por las que nadie tenía ningún cuidado, total, los propietarios estaban desaparecidos o habían muerto y nadie reclamaría por el mal uso de estos materiales. Esa era la idea.
Batimos el tema al enterarnos de la estupenda noticia de que la Itaipú Binacional decidió la donación de 100 flamantes camionetas patrulleras para su utilización por parte de la Policía Nacional. Nada más útil, dada la tremenda ola de inseguridad que padece el país, a la cual no estamos acostumbrados, porque si miramos el mismo fenómeno en las naciones vecinas, el índice de violencia es tanto aún más elevado.
El gesto de la binacional viene súper bien. Sin duda. Vehículos flamantes, que fueron negociados con el mantenimiento incluido por lo que se obviara un costo importante a las arcas del Estado, equipados totalmente con sistema de radio, incluso con wi fi, y una innovación más, la jaula para que los detenidos sean transportados con alguna relativa seguridad . Antes se los tiraba en el asiento trasero y había que estar vigilando que no abrieran la portezuela y se lanzaran al pavimento. Obviamente, también un gran avance en la materia.
Un nuevo espaldarazo del Gobierno para la Policía Nacional. Y aquí anotamos una gran preocupación. Que estos bienes se utilicen debidamente. Que no sean bienes de difuntos, que las jefaturas tomen todas las medidas para que personal idóneo las conduzca, que se controle el uso cotidiano, ya que es frecuente ver estos vehículos estacionados bajo los mangos con el motor en marcha con policías durmiendo la siesta con aire acondicionado en su interior. A propósito de aire acondicionado, estas unidades circulan día y noche con el aire pendido, con todo lo que ello supone también en materia de consumo de combustible y demás. Deberían tener instructivos sobre el uso del aire, en qué circunstancias etc. Pero después de todo eso es lo más nimio. Estos costosos vehículos deben ser sumamente bien utilizados y al contrario, el mal uso, debe ser severamente castigado.
No porque el dinero provenga de Itaipú hay que equivocarse y creer que todo es gratis.
Unas palabras finales para el tema Itaipú. Desde el actual gobierno se recuperaron grandemente las inversiones sociales del ente. Multimillonarias sumas que antes iban parar a maletines, que finalmente se depositaban en las cuentas de prestanombres de los caraduras ex presidentes que hasta ahora siguen intentando aprovecharse de la democracia.
Y luego se desgañitan contra HC…