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BRASILIA, D.F. Brasil registró 14.919 nuevos casos de covid-19 este sábado, con lo que el total de contagiados llegó a 233.142 y el país ascendió al cuarto lugar en la lista de los más afectados por la enfermedad en el mundo, por encima ahora de España e Italia, informó el Ministerio de Salud.

En América Latina, Brasil es uno de los países donde la pandemia avanza más rápidamente. Los datos del último balance del Ministerio de Salud indican 15.633 muertes y 233.142 casos confirmados del nuevo coronavirus: en 24 horas, se registraron más de 816 muertes.

Y la forma en que el gobierno brasileño ha estado lidiando con la crisis está generando miedo y críticas entre sus pares vecinos. Ni siquiera las afinidades políticas, como la que existe entre Paraguay y Brasil, impiden que se cierren las fronteras. Esta situación se repite con todas las otras fronteras del país.

Los expertos evalúan que las relaciones políticas se están descuidando en un momento en que el problema de salud es una prioridad.

“Paraguay, ciertamente, lamenta el cierre de las fronteras, muchas de ellas con fuertes vínculos entre los dos países, con poblaciones incluso bilingües viviendo en ellas. Es una situación realmente desesperada”, señala el profesor Roberto Goulart Menezes, del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia (UnB).

El país vecino (Paraguay) registró un aumento en el número de casos de covid-19 importados de São Paulo, donde muchos paraguayos vivieron antes de regresar a su país de origen por temor a la pandemia.

“No es hostilidad hacia los países, ni es ideológico o geopolítico. Lo que subyace a la decisión de cerrar la frontera son las precauciones sanitarias y de salud que van en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, explica el experto.

En este momento, cada país cuenta prácticamente solo con sí mismo. Aun así, Menezes considera que el camino apropiado a seguir sería precisamente el de la cooperación, como en la Unión Europea.

“Brasil ya ha coordinado situaciones de conflicto en América del Sur y ahora también puede hacerlo, dado el parque industrial y la capacidad científica que tiene a través de universidades e instituciones de investigación”, sugiere además el profesor de la UnB.

Para él, “debido al hecho de que Brasil es el más rico y con la mayor infraestructura en la región”, lo mejor sería compartir conocimientos, información y acciones en relación con la pandemia, además de mantener un contacto intenso con los países del Mercosur.

Si bien Brasil está experimentando una polarización entre el gobierno federal y los gobernadores y alcaldes (intendentes), países como Argentina y Chile han superado las divergencias políticas para asumir una conducta estándar en este momento.

“En Argentina, a pesar de estar muy polarizado políticamente, se adoptó un discurso único. No notamos ruido interno con respecto a las pautas de control. Existe un consenso entre los líderes del país y los resultados fueron buenos”, evalúa Eliseu Alves Waldman, epidemiólogo de la USP.

“En Chile, donde la pandemia aparece en un momento de gran inestabilidad y polarización interna, esto desaparece tan pronto como tiene un problema mucho más grave. E incluso en Uruguay, con un gobierno con una tendencia claramente conservadora, ha tenido una política consistente con las propuestas de la OMS”, finaliza Alves Waldman.

Fuente: Correio Braziliense