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RÍO DE JANEIRO. Una operación de la Policía Civil de Río de Janeiro contra el tráfico de drogas dejó 25 muertos la mañana de ayer jueves en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la ciudad. Se trata de la mayor matanza en los últimos años.
La operación empezó a primera hora de la mañana con un inmenso tiroteo entre la policía y los narcotraficantes. Según las primeras informaciones de la policía, un agente falleció durante el enfrentamiento, y hay otras 24 víctimas mortales entre los sospechosos. La policía aún no identificó a las víctimas ni aclaró en qué contexto fueron baleadas.
La operación policial investigaba el reclutamiento de niños y adolescentes en las filas del narcotráfico para llevar a cabo robos, asesinatos y secuestros de trenes. La favela de Jacarezinho, un laberinto de callejuelas de difícil acceso, alberga una de las bases del Comando Vermelho, una de las facciones del narcotráfico más importantes de la ciudad.
Según la plataforma ‘Fogo Cruzado’, que monitorea las operaciones policiales en las favelas de Río desde hace años (muchos cariocas consultan esta aplicación en su móvil antes de salir de casa para saber dónde hay tiroteos), la matanza perpetrada por la policía este jueves es la peor desde 2016.
El tiroteo, a primera hora de la mañana, provocó el caos en la zona cuando muchos salían de sus casas para ir al trabajo. Dos pasajeros del metro llegaron a ser baleados dentro de un vagón, y una bala perdida impactó en un vecino dentro de su casa. Dos agentes de la policía también resultaron heridos. Diversos vídeos registrados por los vecinos de la favela registraron las escenas de pánico, con decenas de bombas y ráfagas de tiros.
Todo el servicio de trenes de la región norte de Río fue interrumpido, igual que la campaña de vacunación contra el covid-19 en los barrios aledaños. Una joven, que no fue identificada por motivos de seguridad, explicaba cómo casi se queda sin ir a su propia boda. “Estoy desesperada. Nos hemos despertado bajo una lluvia de tiros. Estaba preparándome, maquillándome en casa. Tenía la boda a las nueve y hasta ahora aún no puedo salir de casa”, afirmó la mujer a la prensa local. Una embarazada que tenía una cesárea programada también tuvo que buscar alternativas para poder llegar al hospital. Son situaciones familiares para muchos cariocas que viven bajo el enfrentamiento constante entre policías y traficantes.
