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No es un chiste. La bancada liberal de la Cámara de Diputados pretende iniciar un juicio político a la nueva fiscal general del Estado, Sandra Quiñónez, quien asumió hace menos de 8 días. Según el canciller nacional, Eladio Loizaga, el mensaje que dan los opositores con esto “es poco serio”.
ASUNCIÓN.- Parece que a la bancada liberal de la Cámara de Diputados le molestó tanto la unidad de los colorados en una sola bancada, lo que facilitó la aprobación del inicio del juicio político al contralor general de la República, Enrique García, que como venganza ahora quieren enjuiciar a la nueva fiscal general, aunque con una pequeña mayoría, ni uniéndose todas las bancadas de la oposición logran mayoría para hacerlo.
Además, si el argumento fundamental para el enjuiciamiento político tiene que ser el mal desempeño en las funciones, ¿de qué se puede acusar a Quiñónez, si ni siquiera tuvo tiempo de desempeñarse mal en el cargo?
Pero allí están ellos, los liberales, dando un nuevo mensaje, que resulta “poco serio”, según el canciller Loizaga, quien reconoció que el juicio político es el arma más poderosa que tiene el Parlamento, por lo que debe cuidarse mucho, ya que existe una fina línea que separa la institucionalidad de la tontería o el chake.
Loizaga dijo que “para que amerite, tiene que reunir todas las condiciones, caso contrario es un instrumento político, sin tener en cuenta lo que conlleva a la institucionalidad”.
Refiriéndose a la cantidad de amenazas de juicio político que existió durante estos últimos años, el canciller ironizó la situación en una entrevista radical, y dijo que “cuando uno ve que porque estornuda y no le gusta, vamos a juicio, se pasa un mensaje poco serio”.
Desde que asumió Quiñónez, el sector efrainista del PLRA está trepando por las paredes. El presidenciable liberal, Efraín Alegre, está desesperado, no por la designación de la nueva fiscal, sino porque con eso quedó demostrado que la unidad colorada es un hecho, a pesar de que tanto la oposición como algunos medios de comunicación hacen lo imposible por quebrarla.
Antes aún de que hubiera jurado, Alegre ya amenazó con hacer una constituyente para echar a la fiscal. Luego de que alguien le haya dicho que eso era imposible, parece que lo pensó mejor y aceptó la idea del juicio político, aunque esto también raya lo absurdo, ya que antes de enjuiciar a alguien, hay que permitirle que ejerza el cargo.
