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ASUNCIÓN.- La senadora Esperanza Martínez defendió la postura de Frente Guasu de que Nicanor Duarte Frutos y Juan Afara pueden jurar como senadores; el primero, porque había renunciado a la senaduría vitalicia y el segundo porque no tiene impedimentos constitucionales al renunciar a la Vicepresidencia. Así que, aunque no quiso reconocerlo, dejan abierta la posibilidad de aceptar el juramento de Cartes luego del 15 de agosto.
Según la senadora del FG, Duarte Frutos puede jurar como senador porque había renunciado a la senaduría vitalicia y, posteriormente, nombrado embajador paraguayo en Argentina, lo que da la pauta de que se le había aceptado la renuncia.
Lo mismo ocurre con Afara, a pesar de que los luguistas habían presentado impugnación a su candidatura. Martínez respondió que el cambio de actitud se debía a que el exvicepresidente ya renunció al cargo, por lo cual dejó de tener impedimentos.
No queda claro por qué, el hecho de haber renunciado a su cargo habilitó a Afara pero no se le permite renunciar a Cartes para tener la misma habilitación. De hecho, la bancada del FG es una de las que se opone a tratar siquiera la renuncia presentada por el jefe de Estado ante el Congreso Nacional.
Si seguimos el argumento planteado por los luguistas, el presidente debe esperar hasta el 15 de agosto, cuando entregará el bastón de mando a Mario Abdo Benítez, y luego tendrá que renunciar a la senaduría vitalicia, la cual, según algunos, es irrenunciable, pero parece que esa no es la percepción del Frente Guasu. Si todo esto ocurre, la bancada de Fernando Lugo podría apoyar el juramento de Cartes.
Lo que resulta inexplicable es que el Frente Guasu haya recurrido a la Justicia Electoral, primero, y a la Corte Suprema de Justicia, después, para impugnar la candidatura de Cartes al Senado, y luego no haya querido aceptar el fallo de ambas instancias, que no encontraron impedimentos a la misma.
Además, la misma presencia de Lugo en el Senado echa por tierra uno de los argumentos utilizados por los antijuramento, que es que si un expresidente se convierte en senador, en algún momento, si llegara a presidir la cámara, se pondría en la línea de sucesión a la Presidencia, lo cual sería inconstitucional porque la Constitución prohíbe la reelección. Lugo fue presidente, ahora es senador y volverá a serlo en el próximo período y, es más, ¡es el presidente del Congreso!
