China y Estados Unidos sostendrán conversaciones comerciales a nivel de viceministros en Pekín del 7 al 8 de enero, mientras las dos partes buscan poner fin a una disputa que está causando un impacto cada vez mayor en ambas economías y afectando a los mercados financieros globales.
Las dos naciones estuvieron enfrascadas en una guerra comercial durante gran parte del año pasado, lo que interrumpió el flujo de cientos de miles de millones de dólares en bienes y avivó los temores a una desaceleración económica mundial.
Un equipo de trabajo encabezado por el Representante Comercial Adjunto de Estados Unidos, Jeffrey Gerrish, viajará a China para tener “discusiones positivas y constructivas” con sus homólogos chinos, dijo el Ministerio de Comercio de China en un comunicado en su sitio de internet.
El ministerio dijo que las dos partes “confirmaron” las fechas en una llamada telefónica el viernes por la mañana, pero no proporcionó otros detalles.
En una cumbre en Argentina a fines del año pasado, el mandatario estadounidense, Donald Trump y el presidente de China, Xi Jinping, acordaron un cese al fuego en la disputa y decidieron no imponer más aranceles por 90 días a partir del 1 de diciembre mientras intentan negociar un acuerdo.
Ahora, China y Estados Unidos enfrentan un plazo clave en marzo para que las conversaciones pongan fin a la dañina guerra comercial, o Washington podría continuar con un fuerte aumento en los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos originalmente fijados para el 1 de enero y Pekín podría tomar represalias.
Trump ha dicho que las conversaciones para un acuerdo están progresando bien, pero no está claro si Pekín cederá a las demandas clave de Estados Unidos.
Datos reportados esta semana mostraron una marcada pérdida de impulso en las dos economías más grandes del mundo a fines del año pasado.
La actividad de las fábricas en Estados Unidos se desaceleró más que lo esperado en diciembre, según el Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM), mientras que datos chinos mostraron el lunes que su actividad de manufactura se contrajo por primera vez en más de dos años. Reuters