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Coleros

Otra vez Paraguay tiene el lamentable “honor” de figurar en el último lugar de una lista de países de la región. Esta vez, una publicación da cuenta de que en el análisis de la situación de todos los países americanos en cuanto a la población vacunada, porcentaje de quienes recibieron una sola dosis y quienes completaron el proceso, el nuestro es el peor posicionado.

Esto se suma a otra lista, en la que sí ocupamos el primer lugar, el del país con mayor número de muertos por millón de habitantes, a causa del Covid-19, en la que figuramos desde hace varias semanas y a la que parecemos empecinados a rendir pleitesía ya que los fallecidos siguen en franco aumento sin que desde el gobierno se anuncie ningún tipo de medida tendiente a frenar este desastre.

Lo más increíble del caso es que el alejamiento de la realidad en el que vive el presidente Abdo Benítez es tan patético que hasta ahora sigue recordando que hace un año y medio la comunidad internacional felicitaba a nuestro país, al inicio de la pandemia, por las medidas adoptadas, sin tener en cuenta que en los más de 15 meses transcurridos la realidad ha dado un giro violento y en este momento es el peor gobierno en materia de gestión sanitaria, y no solo en la región.

Todo esto es lo que hace que haya mucha expectativa por el informe que Abdo presentará al Congreso y la ciudadanía el próximo jueves, en donde deberá rendir cuentas de su gestión del último año. ¿Hablará de hechos reales? ¿Tendrá el coraje suficiente para hacer ese mea culpa tan necesario e ineludible para empezar a reencauzar el rumbo? O, por el contrario, se limitará a auto elogiarse hablando de la cantidad de kilómetros de rutas asfaltadas y obras públicas que inauguró durante su mandato; obras a las que ni siquiera la pandemia pudo detener.

La desesperación ciudadana es tan palpable, tan dramática, que si es que el presidente no toma el toro por las astas y asume su responsabilidad en el desastre sanitario en el que vivimos, con hospitales saturados, falta de medicamentos y escasez de vacunas, nadie sabe realmente cómo terminará este panorama aterrador que vivimos los paraguayos, sin merecerlo.

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