ADN Digital
Resulta hasta entendible que la cúpula del oficialismo haya decidido encargar a Hugo Velázquez la responsabilidad de buscar un candidato de consenso entre los varios postulantes añetete, porque en Ciudad del Este no solamente se juega la unidad del movimiento sino lo que va a pasar con el Partido Colorado en las elecciones municipales de todo el país, en noviembre del año próximo.
Toda la crisis generada en la capital del Alto Paraná es responsabilidad de Colorado Añetete. Por eso la solución del conflicto es también exclusiva tarea suya, específicamente en lo que se refiere a que la ANR no pierda uno de sus principales bastiones, Ciudad del Este, con administración municipal tradicionalmente colorada. Fueron los añetete quienes iniciaron el proceso para destituir a Sandra McLeod, y son ellos quienes tendrán que resolver la crisis, manteniendo la intendencia para el partido.
Por eso es que muchos coinciden con que los resultados tanto de las internas como de las municipales en CDE servirán como una suerte de plebiscito para Añetete y para el gobierno, a fin de medir el grado de aprobación que tienen por parte de la ciudadanía, que en este momento está bastante harta del conflicto y quiere volver a trabajar con normalidad.
Varios políticos consultados coincidieron en que lo que ocurra en Ciudad del Este, en mayo, ocurrirá en el resto del país en noviembre del año próximo, en las municipales del 2020. Por lo tanto estas elecciones, convocadas de manera bastante confusa, con la destitución de McLeod cuando ya no era intendenta, y con una mayoría de la Junta Municipal nombrando sucesor, resolución esta que fue ignorada por la Cámara de Diputados y el Tribunal Superior de Justicia Electoral, dejando un tendal de heridos en el camino, pueden ser consideradas un ensayo de lo que ocurrirá dentro de poco más de un año.
Si las heridas son demasiado grandes y la crisis interna colorada continúa con tanta ebullición como hasta ahora, y como resultado la ANR pierde un distrito (el segundo mayor del país) que siempre fue suyo, se hará muy cuesta arriba bregar por la unidad luego de las internas que se darán a mediados del año próximo para elegir a los candidatos colorados que competirán por las intendencias y las juntas municipales de todo el país.
Y esta es otra de las tareas que le corresponden a Velázquez, quien, por lo visto, no es demasiado útil ni necesario como vicepresidente, por lo que resultará más efectivo como delegado electoral. Él tendrá que evitar que las heridas sean demasiado profundas, no solamente dentro de su movimiento sino en el partido. Un internismo muy fuerte, por más que sea corto, tendrá consecuencias a largo plazo y el vice no puede permitirlo, porque las consecuencias serán desastrosas para todos.
Pocas veces antes se vio que fuera responsabilidad de un solo movimiento interno la permanencia del Partido Colorado en el poder, sea local o nacional. Esto ocurrió en el 2008 y el resultado fue absolutamente negativo. Muchos piensan que ahora podría repetirse la historia, algo que Colorado Añetete debe intentar evitar a toda costa, porque el costo político que tendría que pagar, de darse esa posibilidad, es demasiado alto.