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ASUNCIÓN. “Hay una máxima que dice ‘piensa mal y acertarás’. Ahora ya no se puede creer en nada de lo que digan (las autoridades). Quisieron hacer un feroz negociado con los medicamentos y equipos. Es una mezcla de tristeza, vergüenza y rabia lo que hoy sentimos”, lamentó hoy el doctor Lilio Irala, médico y cirujano, especialista en Ginecología y Obstetricia, y dirigente del Sindicato Nacional de Médicos del Paraguay.

El profesional aludió así a la crisis desatada tras conocerse la aparente rosca que habría fraguado adquisiciones directas, bajo régimen de excepción, pero sobrefacturadas, de insumos sanitarios y de bioseguridad por un monto de aproximadamente 14 millones de dólares.

Respecto a este punto, también esta mañana, el ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni, negó cualquier irregularidad en la compra de insumos. En la víspera, la cartera sanitaria había rechazado el lote de insumos en cuestión. Los proveedores fueron las empresas Insumos Médicos S.A. y Eurotec S.A., vinculadas a un empresario de nombre Justo Ferreira.

En lo que hace al momento que vive el país, con una percepción de que la curva estadística que representa la expansión de contagio del coronavirus se ha “aplanado”, el doctor Irala colocó la coyuntura en perspectiva.

“Hasta el momento esta enfermedad ha sido muy benévola con nosotros. La cuarentena no es el tratamiento, ni la cura. Era para ganar tiempo para enfrentar un escenario peor, y esto puede costar caro porque no estamos preparados para eso”, advirtió.

Estos 49 días de cuarentena sanitaria, propiciadora del bajo nivel de contagios del coronavirus, han generado, sin embargo, 80.000 trabajadores con sus contratos laborales en régimen de suspensión provisoria, 8.000 empleados que perdieron sus puestos de trabajo y 6.000 pequeñas empresas al borde de la quiebra. Sin olvidar a los docentes y trabajadores de instituciones educativas privadas, aproximadamente 33.000 personas, que podrían quedar desocupados si las clases de ese sector no se reinician pronto.

El lunes 4 de mayo comienza la llamada cuarentena inteligente, que permitirá el lento retorno de la actividad económica, pero con la observación por adelantado que un pie estará sobre el freno por si la “curva” abandonado su “aplanamiento” y salta y da un pico de nuevos contagiados.

“Si llega a haber una explosión de casos positivos, Dios no quiera, como en Ecuador, por ejemplo, no vamos a aguantar ni una semana. El 80% de lo que tenemos ahora fue gracias a donaciones y la autogestión de los propios médicos”, finalizó el doctor Irala.