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ASUNCIÓN.- Luis Aníbal Schupp es el “asesor” de Efraín Alegre, quien le permite, incluso, que discursee en las reuniones políticas entre liberales. En una de ellas, este nefasto personaje atacó a la diputada por el PLRA, Ramonita Mendoza, ante la mirada impávida del presidente del partido, lo que despertó la indignación de mucha gente.
Schupp tiene un pasado nefasto ya de antes del golpe de Estado, y así se mantuvo, prepotente, altanero y chabacano durante los años posteriores al derrocamiento de la dictadura. Nadie con dos dedos de frente se sentiría orgulloso de tenerlo como aliado y cualquier acuerdo con él a la larga tiene un alto precio; eso ya lo aprendió en carne propia Fernando Lugo.
Pero Alegre está tan obsesionado con ser el candidato de la Oposición en el 2018, que se muestra dispuesto a pactar con el mismo diablo, si este le asegura votos. Es lo que hizo que acepte una alianza con este sujeto que fue expulsado del Partido Colorado y desalojado de todas partes, quien tendió sus redes para seducir al presidente del PLRA, quien cayó en la trampa y ahora lo tiene como asesor y le permite que discursee en las reuniones con sus correligionarios.
Esto no podía salir bien. Y pronto quedó demostrado. Hace unos días, en una reunión con adherentes a Alegre en Canindeyú, Schupp agarró el micrófono y no tuvo mejor idea que atacar a la diputada Mendoza, acusándola de tener varios novios y de mantener relaciones sexuales en diferentes países. Nadie entendió cuál era el pecado político de la legisladora liberal, pero no hubo ningún valiente que hiciera callar al nefasto personaje. Y lo peor del caso es que ni Alegre dijo esta boca es mía por lo que para todo el mundo quedó como que es tan misógino como su “asesor”.
Ya después de lo ocurrido saltó la indignación, especialmente de las mujeres liberales que se sintieron afectadas por las expresiones de Schupp y la actitud complaciente de Alegre.
La que reaccionó con virulencia y envió una nota al presidente del partido exigiendo su pedido de disculpas a Mendoza fue su correligionaria, la senadora Blanca Fonseca. “Es una vergüenza que alguien se refiera así a una mujer, pero con mayor razón es una vergüenza y una pena que usted permita que su acompañante se refiera así hacia una correligionaria, representante del partido y miembro del Directorio”, dice la senadora en la nota presentada.
