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Con un palmo de narices

Así es como quedaron los senadores y diputados que integraron la bicameral del caso Messer, cuando ayer, haciendo pito catalán a todo lo resuelto en sesión, el presidente de la misma, Rodolfo Friedmann, recurrió a la Justicia haciendo exactamente lo que la mayoría había rechazado por votación.

Siempre se dijo que esta comisión no fue más que una herramienta que Friedmann pretendió utilizar para atacar a Horacio Cartes, a quien se pasó atacando desde que asumió usurpando su banca. Luego de que amenazara con denunciarlo ante la Fiscalía por delitos que tenían que ver con el tráfico de drogas y el lavado de dinero, cuando le hicieron notar que no tenía elementos suficientes que pudieran demostrar su acusación, planteó la creación de esta comisión, pensando, quizás, que con el poder que le da la Constitución a las CBI podría hacer que alguien presentara alguna evidencia cierta que pudiera ligar al expresidente con el empresario brasileño Darío Messer, su amigo.

Pero nada le dio resultado, ni las declaraciones de quienes estuvieron al frente de Hacienda, el BNF ni la Seprelad durante el gobierno de Cartes pudieron presentar alguna cosa, por mínima que fuera, que pudiera implicar algún delito por parte del entonces presidente.

Así que no le quedó otra cosa que jugar una última carta, convocar al expresidente para que compareciera ante la comisión. Internamente, es posible que supiera que Cartes se negaría a presentarse, por lo que ya tenía preparada la denuncia ante la Justicia para que se recurra a la fuerza pública. Para Friedmann hubiera sido un triunfo apoteósico que el dueño de la banca que usurpa tuviera que presentarse ante él detenido, obligado y sometido por la policía.

En diciembre no lo consiguió, así que lo volvió a intentar hace pocas semanas. Con lo que no contó fue con que los otros miembros de la comisión, que le habían soportado estoicamente el circo, se hartaran de todo y decidieran que ya había terminado el trabajo, votando en contra de elevar de nuevo los antecedentes a la Justicia.

Le votaron en contra sus compañeros de comisión, lo que superó toda su capacidad de comprensión. Incapaz de aceptarlo, volvió a convocar a una nueva sesión extra para replantear la cuestión y que se haga una nueva votación. Los demás no cayeron en el juego y ya ni siquiera hicieron quórum. Ya estaban en otra, preparando el informe final que deberán presentar a ambas cámaras.

Ninguno de los senadores y diputados estaba preocupado porque eran conscientes de que la comisión ya se expidió sobre el tema, por lo que no correspondía volver a tratarlo. Pero Friedmann no estaba dispuesto a aceptar una derrota tan catastrófica, más aun teniendo en cuenta que no tiene ningún elemento que presentar a la Fiscalía, que demuestre la complicidad de Cartes en los supuestos negocios de Messer.

Así que decidió él solo acudir a la Justicia, informando sobre la no comparecencia de Cartes y pidiendo que se le exija comparecer, con lo cual no solamente terminó de quitarse la careta sino poner en evidencia que los demás integrantes de la bicameral fueron solamente títeres a los que utilizó para conseguir su venganza personal. Para colmo, ni siquiera ya está en funciones la CBI, así que habría que ver ante quiénes debería comparecer el expresidente en el caso de que la Justicia lo obligue.

Una muestra más del proceder inestable y poco lógico de Friedmann. Claro que hasta ahora no había dado muestras de su irracionalidad, de manera tan contundente.

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