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El próximo 25 de mayo se cumplirán 243 años de aquel día que marcó profundamente en las páginas doradas de la historia, española y paraguaya, surgía la entonces Villa Real de la Concepción, a iniciativas del que fuera gobernador del Paraguay, Coronel Agustín Fernando de Pinedo y Valdivieso, con el objetivo de recuperar y defender los territorios asolados por los bandeirantes portugueses.
Pinedo y el puñado de valientes hombres quienes surcaron el entonces difícil río Paraguay muy al norte del puerto Asunción, donde atracaron en el actual puerto de Concepción, sitio fundamental para que los españoles y posteriormente las tierras y primeros colonos de la zona como los beleanos y las primeras estancias se recuperen de manos de los bandeirantes portugueses.
No solo con esta gesta se demuestra la vital importancia de la Villa Real de la Concepción para defender nuestro territorio y toda su jurisdicción que llegaba hasta el actual Estado de Matto Grosso Do Sul del Brasil. Desde Belén y Concepción, partían los defensores de las tierras norteñas y chaqueñas al punto de erigir las más impresionantes fortalezas de época como la de San Carlos del Apa y Fuerte de Borbón, actual Fuerte Olimpo.
Otro dato relevante para valorar el rol de la Villa Real de la Concepción, tiene que ver que la Independencia Nacional varios meses antes se habría gestado en esta ciudad, ya en 1.810. El rol de los norteños durante las principales guerras de América fue gravitante, así como la lucha constante y posterior pacificación por intermedio de los temibles nativos Mbayáes así como las demás parcialidades que se encontraban en la zona como los Payaguá y Guaicurú.
La negociación a la que arribaron con los Mbayá, permitió que surjan o desarrollen las comunidades hoy por hoy de gran importancia como Horqueta, Loreto, Naranjaty, Punta Porâ, luego Pedro Juan Caballero, esto evitó que así como las primeras poblaciones sigan soportando los ataques de los primitivos, verdaderos dueños de las tierras colonizadas, así como las estancias instaladas en la región norte del país.
De acuerdo con los datos proporcionados por el que fuera miembro de número de la Academia Paraguaya de la historia, profesor Pedro Gregorio Antonio Alvarenga Caballero una vez reconocida la nueva Nación, del entonces Cuartel General del ciudad, inaugurada por el Mariscal Francisco Solano López, partieron los primeros contingentes para defender el territorio nacional al inicio de la Guerra Grande, en la Campaña de Matto Grosso.
Así también la ciudad de Concepción fue el puesto de avanzada permanente del Ejército Paraguayo y desde el lugar los concepcioneros fueron los primeros agentes secretos que incursionaron en territorio boliviano camuflándose como troperos, cocineros o simples empleados en pleno territorio vecino.
Cuando apenas se registraron las incursiones bolivianas, desde la entonces 4ª Región Militar hoy 4ª División de Infantería, de nuevo fueron los norteños, mayormente concepcioneros, los que ofrecieron sus brazos para marchar hasta “Nanawa”, “Boquerón”, “Toledo”, “Saavedra” y otros fortines, escenarios de los más sangrientos enfrentamientos por defender territorio paraguayo.
Hoy a casi 2 siglos y medio de la fundación de la Villa Real de la Concepción, las autoridades locales, departamentales como las nacionales que las representan, pisotean la memoria de quienes erigieron y luego defendieron con sudor y sangre el suelo guaraní norteño y desde aquí al resto del país.
Nos resta abogar porque las nuevas generaciones emulen los gestos de los patriotas norteños y de quienes dieron su vida porque hoy la Villa Real de la Concepción exista. El presente no es para nada halagüeño, ni una sola comuna del primer departamento presentó a tiempo y en forma la rendición de cuentas de los royaltíes, tampoco lo hizo el gobierno departamental ante la estéril complicidad de los diputados nacionales, concejales municipales como departamentales y la atónita reacción del pueblo norteño.
No se trata de un hecho aislado, ocurrió lo mismo en la mayoría de las comunas con la utilización de los recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (FONACIDE), las licitaciones fraudulentas, las sobrefacturaciones y el silencio cómplice de una mayoría dirigencial que olvida el juramento de respetar y hacer respetar las leyes y la Constitución Nacional a partir de sus declaraciones fundamentales. Por algo los jóvenes rebeldes reaccionan saludablemente toda vez que no reciban influencias externas y con intereses político-partidarios o económicos.
