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El presidente interino de Brasil, Michel Temer, consiguió su primer triunfo en el congreso, que tras un debate de 17 horas aprobó un fuerte aumento en la previsión del déficit fiscal, un paso clave para la puesta en marcha de las reformas que planea hacer.
BRASILIA.- Temer logró conformar una amplia mayoría en la sesión especial del Parlamento, que contó con la participación de diputados y senadores, que permitió la aprobación sin problemas esta madrugada de la autorización de un déficit récord para Brasil.
El programa fue elaborado por el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, y presentado personalmente por Temer ante el Legislativo, lo que demuestra la importancia que el gobierno le asigna a esta ley.
El gobierno se propone, ahora, fijar un techo para el gasto público y abrir la explotación petrolera en las reservas de aguas ultraprofundas, en la zona geológica conocida como “pre sal”.
Contando todo el sector público, el déficit llegaría a 170.500 millones de reales (US$ 47.749 millones). “Es una cifra justa, es una cifra buena para el país”, dijo diputado Dagoberto Nogueira, relator del proyecto de reforma al presupuesto.
En caso de rechazo, el gobierno interino hubiera tenido que hacer malabares y prácticamente parar la máquina pública con violentos cortes para cumplir con la meta de superávit primario –ahorro antes de pagar intereses de la deuda– de 24.000 millones de reales (US$ 6.700 millones) prevista inicialmente en el presupuesto aprobado para 2016.
Los partidos que respaldan a Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil suspendida en un juicio político promovido por la oposición, trataron de aplazar el debate sobre el presupuesto para discutir con más tiempo un total de 24 propuestas sobre el mismo asunto.
Pero la mayoría que formó Temer hizo que se aprobara un déficit récord equivalente al 2,75% del Producto Interior Bruto (PIB) antes del pago de los intereses, casi el doble de los cálculos que presentó el gobierno de Rousseff antes de la suspensión de 180 días que se le impuso a la presidenta.
La alteración de la ley de presupuestos también contempla que la economía brasileña registrará este año una recesión del 3,8%, la misma tasa de la contracción del año pasado.
Con el déficit en 2016, la mayor economía latinoamericana terminará su tercer año con un rojo fiscal, mientras se encamina hacia su peor recesión en un siglo.
