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El llamativo y contundente mensaje del árbol de Navidad que reza “¡Usá casco Carajo!” apareció desde el vienes por la fachada del Hospital de Traumas. El centro asistencial busca concienciar a las personas sobre la importancia del casco para evitar traumatismos en accidentes de tránsito. Este flagelo constituye la principal causa de muertes en dicho nosocomio.
ASUNCIÓN.- El director Aníbal Filártiga, afirmó que es una expresión de hartazgo porque no se toma conciencia de la importancia que significa viajar en motocicleta con protección adecuada. Los casos de traumatismos y fallecimiento se deben por carecer de cascos.
El profesional señaló que las cifras siguen siendo alarmantes a pesar de las campañas de concienciación que se realizan a fin de despertar a la ciudadanía que estamos en una epidemia de accidentados desde hace varios años.
“El cartel retracta mi personalidad. Lo hicimos por dos objetivos: primero demostrar nuestro hartazgo, desencanto y decepción. Hasta ahora las campañas tienen un reducido porcentaje de éxito, sigue habiendo tantos accidentados, 20 mil año, 12 mil motociclistas, 1.800 traumatismos de cráneo, que las terapias parecen mezquitas porque los pacientes están todos con turbantes. En segundo lugar tuvo el éxito que esperábamos porque creó polémica, hoy todos hablan del caso. Carajo no es una mala palabra para los que creen que es fuerte, pero no me importa”, refirió.
El profesional indicó que cada accidentado le cuesta al Estado unos 80 millones de guaraníes. Datos del Ministerio de Salud Pública dan cuenta que de un total de 15.665 accidentados atendidos en el hospital de Trauma “Dr. Manuel Giani” en el 2015, 10.459 corresponden a motociclistas. De 144 fallecidos en el mismo año por accidentes viales, 107 fueron por percances con motocicletas, el decir, el 74%, con mayor incidencia en la franja masculina de 15 a 24 años de edad.
La imprudencia, el exceso de velocidad y el alcohol son considerados los principales factores que contribuyen a la ocurrencia de accidentabilidad. A esto se suma el mal estado de las rutas, el empleo de distractores (celulares y otros), la no utilización de protectores al momento de conducir -casco o cinturón de seguridad-, según sea el caso y la falta de educación vial.
