Como era de esperarse, el liberal Luis Alberto Wagner aprovechó la sesión del Senado para criticar al presidente Horacio Cartes, a quien acusó de favorecer a los colonos brasileños y olvidar a los campesinos paraguayos. Esto fue en respuesta a lo dicho por el jefe de Estado en Guahory, de que el legislador agita el conflicto en la zona y quiere que haya alguna muerte.
ASUNCIÓN.- Nadie dudaba de que Wagner aprovechara la sesión del Senado para atacar a Cartes por haber sido directamente aludido por él durante un acto oficial realizado en Guahory, Caaguazú. Lo que ocurre es que el conflicto entre los propietarios de tierras y los invasores en la zona tiene como propulsores principales a varios políticos acostumbrados a agitar a los campesinos e impulsar las invasiones a propiedades privadas.
No es la primera vez que se señala a Wagner como el principal instigador de estas invasiones, así que lo que hizo el jefe de Estado cuando lo señaló como tal y que estaba pretendiendo que hubiera alguna muerte, fue ratificar lo que se dice en todos los sectores.
El liberal no tuvo mejor forma de responder a las críticas de Cartes que asegurando que lo que hace el presidente es apoyar a los colonos brasileños en contra de los campesinos paraguayos.
A lo mejor tenía intenciones de continuar con sus críticas, pero fue interrumpido por el oficialista Gustavo Alfonso, quien defendió al jefe de Estado y se lió en una discusión con el liberal, que fue subiendo de tono hasta casi perder ambos los estribos.
Muy lejos quedaron las discusiones ideológicas entre insignes políticos paraguayos que realzaban con su presencia la Cámara de Senadores, que ayer se convirtió en un ring de boxeo o en el escenario de una pelea de placeras, sin respeto ni dignidad.
Menos mal que ambos fueron interrumpidos por los oviedistas José Manuel Bóveda y Jorge Oviedo Matto, quienes recordaron el lugar en el que se encontraban y pidieron respeto a sus colegas. Claro que el espíritu conciliador le duró muy poco al siempre pintoresco Bóveda, quien enseguida perdió los estribos y desafió a golpes a alguien que, supuestamente, se había burlado de su colega de bancada.
Todo esto hizo que el tratamiento del orden del día se demorara por más de una hora.