VIENA. En un intento por volver a las clases en todos los niveles pero sin disparar la curva de contagios de coronavirus, desde el gobierno de Austria idearon una forma dulce para testear a los más chicos sin que se den cuenta y sin molestias. ¿De qué manera? Con chupetines.
Las autoridades del país probaron en jardines de infantes dispositivos de detección de Covid-19 en forma de esta golosina, una alternativa para los niños que temen los test nasales o en la garganta.
El objetivo es volver a la presencialidad en todos los ámbitos, todo lo que se pueda, pero sin reportar una nueva ola. Por eso estos nuevos test, porque con la reapertura de los centros escolares, se teme que las variantes más contagiosas del virus se expandan, especialmente entre los niños.
La provincia austriaca de Burgenland ya reservó 35.000 de estas pruebas de detección. Los padres de la región recibieron una carta para informarles que cada niño recibiría gratuitamente tres de estos test por semana. (Con información de La Nación.ar)