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Los últimos acontecimientos, en el inmueble de 68 hectáreas propiedad de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), en la ciudad de Luque, al parecer dejaron una “linda” lección a las actuales autoridades del Gobierno. Y no sería muy descabellado pensar que se puso en vigencia aquella conocida frase “cría cuervos y te sacarán los ojos”.
Existen serias sospechas de que los “sintechos” ingresaron a ese predio, en junio del 2018, apoyados por referentes del movimiento Colorado Añetete. Habría sido en cumplimiento de una promesa electoral, que habría provenido del ahora sector oficialista.
No se podría probar eso, pero de que existe antecedente de acercamiento entre líderes de “sintechos” y altos exponentes de ese movimiento de la ANR, existe y “como muestra basta un botón”.
A mediado del 2017, el tristemente recordado dirigente social del departamento Central, Felipe Cabrera, reapareció tras varios años en una reunión con el entonces precandidato a senador número 1 por Añetete, Juan Afara. El encuentro fue en el domicilio de este último, en el que también participaron precandidatos al Parlamento de la referida fracción del coloradismo.
Felipe Cabrera, en aquella reaparición manifestó: “Juan Afara fue y sigue siendo el enlace con nosotros como organizaciones sintecho. Sigue siendo el enlace con el Congreso Nacional y por supuesto, la deuda y la demanda siguen como siempre y venimos a buscar la intermediación de él para los programas, principalmente para viviendas”, señaló aquella ocasión el dirigente.
El año pasado, tras la elección de Mario Abdo Benítez como presidente de la República, se inició la invasión del inmueble, que al final fue desalojado de manera violenta la semana pasada. Más de 400 familias invadieron la propiedad, con Cristina Aquino a la cabeza, pero quien preparó todo habría sido Cabrera. No apareció porque ya nadie le cree y ya “estafó” a muchos.
La mujer, quien ya se encuentra privada de su libertad, actuó siempre con mucha prepotencia y reiterando una y mil veces que tiene protección de arriba. Y esa misma actitud utilizó para obligar a los “sintechos” a pagar aportes por permanecer en el predio.
Tenía el acompañamiento de un supuesto abogado, de nombre Néstor Noceda, quien también sería activista de Añetete. Ellos, y según sostienen, con la complicidad de gente del Gobierno, obligaba a las familias a pagarles para estar en sus respectivos puestos asignados. Algunas de las personas desalojadas informaron que para entrar al terreno habían abonado G. 800.000 y que existía una cuota semanal de G. 20.000 por familia para permanecer en el inmueble.
Una frase muy utilizada por Cristina Aquino, según recuerdan: “Este (el predio) es de la gente y el Gobierno es de la gente”. Y con ese cuento logró las conexiones ilegales de la red de energía eléctrica y al sistema de distribución de una aguatera privada, por cada hogar abonaban G. 1.000.000. También, por los servicios de un topógrafo, cada familia entregó G. 300.000 a la impulsora de la invasión.
No se puede decir que todos los cercanos al actual Gobierno sean bandidos, sinvergüenzas y narcotraficantes, pero da la casualidad que los “bandidos”, sinvergüenzas y algunos vinculados con el narcotráfico, son del movimiento Añetete.
Y este podría ser el caso de Cristina Aquino, quien tendría en su haber 69 denuncias por diferentes hechos punibles vinculados a estafas e invasión de inmuebles. Según una reciente publicación, de un matutino, la última denuncia fue radicada el 9 de febrero de este año, por Faustino Román Troche Vega, por una supuesta estafa.
El mismo le habría entregado G. 10.000.000 por la compra de un inmueble, ubicado en la compañía Costa Sosa de Luque. Sin embargo, el terreno pertenecía a otra persona identificada como Óscar Alfredo Ortega.
Los sinvergüenzas, vividores, quienes se presentan como dirigentes de los “sintechos” tuvieron largas vacaciones, entre 2013 y 2018. Y esa situación por lo visto ya fue advertida por Felipe Cabrera, que no iba a tener cabida en HC y no encontró mejor idea que acomodarse con Efraín Alegre y postuló para el Senado por el Partido Liberal Radical Auténtico, pero no pasó ni la interna.
Cabrera fue siempre activista de la ANR, especialmente durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, pero cuando le dieron el espacio en el PLRA, afirmó que tiene casi 15 años de afiliación liberal y que es de familia de “azules”. Sabe acomodarse el personaje.
Las últimas importantes movilizaciones anteriores, promovidas por los líderes de “sintechos”, fueron durante el gobierno de Fernando Lugo. Primero, porque al parecer no admiten competencia, pidieron la destitución del ministro de la Secretaría de Acción Social, Pablino Cáceres, denunciado por indicio de grandes robos en esa entidad.
En aquella protesta, Felipe Cabrera hizo hasta huelga de hambre y anunció que la misma sería hasta que el titular de la SAS, Pablino Cáceres, “caiga como una fruta podrida”.
Y así son estos personajes, reaparecen cuando encuentran gente de su misma calaña y como reza aquel refrán, “Dios los cría y ellos se juntan”.
