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ASUNCIÓN.- No solo el contexto regional presionó sobre los niveles de pobreza, también existieron elementos internos como la caída de la producción de sésamo, las continuas lluvias en el desarrollo del fenómeno El Niño y los reajustes de precios en Argentina que incidieron en el comercio de frutas y hortalizas en Paraguay ejercieron fuertemente en los sectores más vulnerables. José Molinas, ministro de la Secretaría Técnica de Planificación (STP), explicó la composición del nuevo escenario. También aclaró el motivo de la entrega tardía de las cifras.
El ministro reconoció la necesidad de aumentar la presión del gobierno contra los factores que conducen a la pobreza total y pobreza extrema. Fue tajante en la consideración de la ayuda importante de los programas sociales.
No obstante, razonó sobre los actores que elevaron los niveles de pobreza reflejados en los estudios presentados la semana pasada.
“En 2016, la agricultura familiar tuvo dos mazazos muy fuertes. En la agricultura de renta más extendido es el sésamo, y el año pasado el precio del sésamo cayó estrepitosamente, batió récord hacia abajo, a causa de la crisis del dólar, bajó la comercialización”, explicó Molinas.
Al final de la cosecha, muy golpeada por las lluvias, se pagó alrededor de G. 3.500 en promedio por la crisis del dólar “y ahí ya se dio una diferencia del 40% del precio, y los pequeños productores no percibieron lo que estaba presupuestado”.
A esta situación se le agrega el comportamiento de la naturaleza. El ministro de la STP dijo que “como si fuese poco ese mismo año (2016), con la caída del precio internacional, se vino el periodo de lluvias fuertes con el fenómeno de El Niño y la falta de sol, entonces la productividad promedio que es de 600 kilos por hectárea bajó a 200 kilos. El efecto climático fue muy fuerte y eso mermó la producción”, según apuntó.
Las reformas económicas implementadas por el gobierno de la Argentina elevaron los precios y como consecuencia “acá se incrementaron precios de verduras y frutas más del 30%. Esta situación encareció la canasta. En el último año, los costos se aumentaron cuatro veces; este año 7% y el anterior 1%, y eso deja secuelas”.
STP y la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos (DGEEC) presentó niveles de pobreza total y pobreza extrema. Los sectores interesados esperaron la publicación para mayo, tal como ocurrió el año pasado; sin embargo, se retrasó debido a que se implementó una nueva metodología que exigía precisión.
“Este año se amplió la muestra y se incluyó a las poblaciones indígenas de ambas regiones, oriental y occidental. Se ajustó la canasta que nunca se hizo. Veníamos haciendo las mediciones con una canasta ajustada en 1997 y eso debíamos actualizarlo”, dijo Molinas.
Apuntó que “también debíamos actualizar la base del censo para darle más consistencia. Hasta el año pasado se usaba el censo del 2002 y debimos actualiza al censo de 2012”.
